Sergio Villar fue el damnificado. Y cuenta, al lado de su vecino el senador Manuel Lozano, que llegó ese día a su casa de Córdoba a metros de Juncal a eso de las 21:00, subió el auto a la vereda, abrió el portón, dejó algo en su casa y cuando fue a guardar el vehículo, había parado una moto, de la que bajó un chorro y se aplicó a arrancar el coche. Sergio en su desesperación, mientras gritaba pidiendo auxilio, se abalanzó primero a piñas sobre el de la moto, y luego literalmente se colgó de la manija de su auto, pero no pudo impedir que éste arranque. Mas en la esquina de Juncal, se cruzó casualmente un colectivo 100, que lo taponó al fugitivo, por lo que el ladrón se fue a todo gas en contramano por Juncal.
Parece que ese hubiera sido el toque de clarín, porque cual la caballería, ahí sí, nueve agentes de la regional, salieron a la calle, a los que se agregó el jefe, para soportar en conjunto el repudio de todos los vecinos: “¡Inútiles!”, era el grito casi unánime.
Hasta ahora el auto, un Chevrolet Spin azul oscuro, patente NIV531, todavía no apareció.
La foto de la jefatura, fue tomada desde la vereda donde se produjo el robo.
