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domingo, 2 de marzo de 2014

Cabalgata de carnaval

por Marcelo Calvente

marcelocalvente@gmail.com

A tono con el patético Carnaval que algunos se empeñan en mantener vivo, Lanús viene marchando a paso de comparsa. La duda empezó ante el O’higgins en el debut por el Grupo 3, después de media hora de muy buen juego granate, la visita le fue tomando la mano y a punto estuvo de dar el golpe sobre el final. Enseguida vino Rafaela y casi sin querer le metió tres; de ahí a La Plata para volver a perder un partido imposible, en el que Estudiantes lo derrotó pese a jugar con un hombre menos durante sesenta minutos. La cosa empezaba a preocupar y llegaba nada menos que Vélez, más que frecuente verdugo. Y ahí Lanús sacó chapa con varios pibes en el once titular y le ganó con autoridad al mejor Vélez popsible, aunque es cierto que en el final la fortuna le tiró un cable a tierra. Había sido mucho lo bueno exhibido hasta el descuento de Papa, el segundo de su equipo: La figura de Junior, desequilibrante como pocas veces, la solvencia de siempre de Marchesín, la experiencia de Somoza y Silva, y un buen acompañamiento de Pereyra Díaz, el Pulpito y Barrientos para golpear en el momento justo. Pero en el tramo final Lanús no hizo pie, por momentos no lograba pasar la mitad de cancha, y Vélez dispuso de chances claras que no concretó. La imagen del equipo  de Guillermo tornó de auspiciosa a preocupante. Pero fue en Paraguay donde naufragó de verdad, insólitamente nada salió bien, y a causa de eso esta defensa que hace apenas dos meses era muy difícil de vulnerar, en el inicio del complemento, en una ráfaga nefasta se convirtió en un colador y recibió tres goles en diez minutos. Es cierto que el terreno estaba más que complicado, también que el árbitro fue desastroso, tanto como lo fue que nadie dio pie con bola, y que nuevamente, ante un rival disminuido por una expulsión, no pudo convertir el segundo descuento. El resumen del semestre indica ocho presentaciones con tres triunfos-los dos ante el Caracas y el señalado ante Vélez-  dos empates -Belgrano y
O’higgins- y las tres derrotas ante Rafaela, Estudiantes y Cerro Porteño, un recorrido irregular con tendencia decreciente.
El punto más bajo fue el revés en Paraguay. Hace mucho que un representativo granate no deja una imagen tan desteñida, nerviosa y endeble en el plano internacional, ante dos equipos muy respetables pero indudablemente inferiores en cuanto a calidad y renombre. El Mellizo, por vez primera, al finalizar el cotejo en Asunción remarcó sin dudar lo mal que su equipo había jugado minimizando todo lo demás. Sin embargo es interesante observar lo sucedido ante Vélez, cuando después de un gran primer tiempo de casi todos -aunque nuevamente con muchas dudas en el fondo- con un parcial a favor de 3 a 1 y 25 minutos por jugar, Guillermo cambió delantero por delantero. Con el descuento de Vélez comprendió que ya no había respuestas y se arriesgó a ser el culpable de un resultado adverso sacando a un extenuado Junior y poniendo a Ortiz para dar batalla en el medio, y con desesperación en el final, marcador de punta bajito afuera y fornido back adentro para al menos intentar rechazar durante el largo descuento por disputarse. Finalmente fue victoria y el técnico zafó. Anoche Merlo intentó algo parecido pero All Boys se lo empató, y ya no se vieron pelucas rubias en las tribunas: Ganando por la mínima en un partido donde mucho no pasaba, cuando faltaban más de 15 minutos por jugar, sacó al enganche y puso a un marcador de punta, conformando una línea defensiva de cinco, rematándola cinco minutos después apelando al experimentado  Mauro Camoranesi  en lugar del peligroso Vietto con la inocultable intención de cerrar un partido que no casualmente se encendió luego de esos cambios, y el empate tan temido por todo el estadio terminó llegando al final, remarcando que desde hace mucho tiempo Racing vive en concubinato con el sinsabor y la desgracia deportiva…
Guillermo no está en la mira como Merlo pero sabe que debe corregir el rumbo, para lo cual es imprescindible determinar correctamente las causas de este mal inicio. No hay duda de que el menor tiempo de descanso y la mayor cantidad de partidos jugados está haciendo mella en el plantel, pero también habría que evaluar si con el resto físico se derrumbó también el espíritu ganador y la confianza en la victoria de los jugadores, eso que dejó bien en claro en el tramo final de 2013, cuando fue el mejor elenco argentino. Mañana tiene una visita que suele resultarle especialmente complicada, al punto de no haber ganado nunca en el Carminatti por un Torneo de la máxima categoría: Tres días después, el miércoles de ceniza, recibe justamente a los de Mostaza en Arias y Guidi, y el domingo 9 de marzo visita a Argentinos en La Paternal, para tres días después iniciar la serie definitiva ante el Deportivo Cali -el 13 y el 20 del corriente- un choque de ida y vuelta en siete días que puede decidir la clasificación a la siguiente fase o abortar definitivamente el objetivo tan preciado, recibiendo en el medio a Quilmes, una verdadera cabalgata deportiva a la que cuesta imaginarle un final feliz. Este equipo de Guillermo supo rectificar el rumbo durante el semestre que pasó, y esa reacción impensada luego de las cuatro derrotas al hilo que había sufrido entre la fecha 9 y la 12 del Inicial, le permitió obtener la Copa Sudamericana y quedar a un paso de un doblete local para la historia. Este equipo sabe de hazañas deportivas impensadas ¿Quién se anima a afirmar que ésta a vez no va a poder?  Y el que se anime, si se equivoca, aunque sea Carnaval  ¿De qué se va a disfrazar?