Los hechos protagonizados por el oficialismo en la sesión extraordinaria de ayer son dignos de vergüenza ajena, ya que no parece existir la propia. El Frente para la Victoria, que el año pasado se llenó la boca hablando de falta de democracia en ocasión de una sesión a la que no asistieron la mayoría de los ediles opositores, fue el que ahora interrumpió la sesión y, al retirarse del recinto, la dejó sin efecto.
Los expedientes no pudieron ser tratados. Los ediles de los distintos bloques opositores actuaron como uno solo y votaron en conjunto. No permitieron el cuarto intermedio que pidió Jorge Montero y todas las manos se levantaron para enviar un convenio a comisión, lo que dio excusa a los oficialistas a hacer un espectáculo que nadie se creyó.
Alentados por el presidente Héctor Bonfiglio se levantaron y abandonaron el recinto. En la barra, los profesores de educación física que acompañaban a Hugo Durán, delegado de SUTEBA, habían sido convocados por el oficialismo para que ejercieran presión sobre los opositores, por la amenaza de no bajar al recinto y no dar quórum. Pero la estrategia de esos bloques hizo que la única solución que encontró el FV para no dar la discusión sobre el pedido de interpelación al secretario de Infraestructura -expediente que debía tratarse sobre el final de la extraordinaria- fue la de retirar el quórum. O sea: si lo hace la oposición es falta de ejercicio democrático pero si lo hago yo está bien, los que tienen la culpa son ellos. Una vergüenza la falta de institucionalidad.
La sesión quedó interrumpida por falta de quórum, lo que no habría pasado si todos los ediles hubieran estado porque la oposición hubiese tenido las presencias necesarias para continuar.
Un párrafo aparte merecen los concejales massistas Gabriel Di Masi y Sebastián Beroldo. El
primero no estuvo en las reuniones que vienen realizando sus compañeros desde la sesión del 19 de diciembre. Beroldo “está de vacaciones” a dos meses de asumir. Distinta es la posición de Oscar López, el otro ausente, que avisó en enero que este mes se iría unos días, que regresaría la semana próxima y que estuvo todo enero en las reuniones ampliadas.
El Frente Renovador estaba orgulloso de haber contribuido a la unidad y es esperable que continúe este hacer en común en temas que son de interés del vecino. Pero si se suceden las ausencias alternadas de uno u otro, que se hicieron costumbre entre algunos ediles que aún están y que varias veces declararon que “no le vamos a votar en contra del ejecutivo” y de algún otro que pudieran sumar recientemente, esa unidad se puede resquebrajar y los votos son necesarios, todos, para marcar lo que hoy pretendieron demostrar: que a la oposición hay que tenerla en cuenta a la hora de debatir y de dar explicaciones.
Ayer se perdió la posibilidad de interpelar ya a Fernández Dortona. La extraordinaria que pidieron para el 19 de febrero -que continúa en pie- no consigna en el texto que sea para resolver su presencia en una interpelación. Aún pueden hacerlo si surge en la discusión en el recinto en esa extraordinaria.
“Se hace camino al andar”, dice el poeta. Veremos si con la nueva conformación, los ediles abren un camino de bienestar para los vecinos de Lanús.
Marta Santos