miércoles, 12 de febrero de 2014

Una igualdad que conformó a todos

por Marcelo Calvente

marcelocalvente@gmail.com

El atractivo empate en dos tantos entre Lanús y Belgrano en Córdoba por la fecha inicial del Torneo Final 2014 no fue un mal resultado. Sobre todo porque superó la peligrosa instancia de estar perdiendo por un gol a 15 minutos del final, y en situación objetiva de jugarse a todo o nada en cada ataque. Y además por la forma en que lo logró Ismael Blanco, una definición de goleador de primer mundo. El fútbol jugado profesionalmente puede ser un espectáculo apasionante, y también puede resultar un bodrio. Lanús, aún cuando guarda cinco titulares, tres de ellos pilares fundamentales, comete fallas defensivas  inesperadas y algunos descuidos peligrosos, es uno de los pocos equipos del continente que garantizan emociones, y aunque se le pueda marcar goles, para vencerlo hay que contener su afinado y variado poder ofensivo.
La agenda del semestre es sumamente comprimida, Lanús afrontará casi siempre dos partidos por semana. Y si bien los motivos por los cuales el entrenador granate reservó a Acosta, Juniors, El Pulpito y Ayala -Maxi cumplió una suspensión- son de propia incumbencia de los protagonistas, intentar mantener el esquema cambiando los intérpretes es una decisión saludable, y además un respaldo que el plantel se merece de acuerdo a lo demostrado en el tramo final del Torneo Inicial bailando a Boca y sosteniendo el empate con dos hombres menos en el tramo final. El encuentro de ayer ante Belgrano se sucedió a la holgada clasificación a la ronda de grupos de la Copa Libertadores, y es el inicio de la competencia que asume como segundo objetivo, pese a lo que se diga, porque en casi cien años de
historia Lanús jamás tuvo un equipo con tamaña presencia y proyección internacional, el flamante y cómodo campeón de la última Copa jugada en Sudamérica tiene la obligación de ir por la Libertadores.
Las dos competencias están en marcha, y de tan cercanas va en simultáneo. Lanús empató el lunes con Belgrano y mañana mismo enfrentará al O’higgins en Arias y Guidi. Y el domingo 16 recibirá a Rafaela para 3 días después, el miércoles 19 viajar a la siempre difícil La Plata ante el ya no tan difícil Estudiantes. Sin descanso, el sábado 22 de febrero recibirá a Vélez -un choque de dos grandes de verdad- para inmediatamente después, el miércoles 26, visitar al poderoso Cerro Porteño en el Defensores del Chaco, así, jugando dos partidos por semana hasta el 20 de abril, entre la fecha 15 y la 16 del Final, tiempo de definiciones, donde descansará siete días, porque al partido de ida de octavos tendrá a quince días la revancha. Las cuatro últimas y definitorias fechas del torneo local se jugarán los fines de semana comprendidos entre el 27 de abril y  el 19 de mayo y quien juegue cuartos de final lo hará entre el 7 y el 14 del mimo mes. El Torneo Final termina antes del Mundial de Brasil, pero la Libertadores programó las semifinales entre el 23 y 30 de julio y el choque final entre el 6 y el 13 de agosto, ya metidos de lleno en el próximo ciclo 2014/2015 y con vencimientos de varios contratos en el medio, en todos los equipos que animen el tramo final continental.
No haber perdido en Córdoba fue un buen resultado. Lanús lo ganaba desde los 9’ y lo justificó de ahí hasta los 32’ cuando una desatención defensiva propició el gol en contra de Goltz, y los desajustes siguieron hasta el segundo del local por tiro penal. El segundo tiempo fue de Belgrano hasta el ingreso de Lautaro Acosta a los 15’. El Laucha resultó imparable cualquiera fuera la banda elegida para atacar. Pero el empate definitivo lo anotó Blanco a los 32’ y fue la jugada clave del partido. Vale la pena repasar la acción. Después de un ataque fallido de Lanús, el Pirata metió un contra a la que se sumó su central, Lucas Aveldaño, quien se tuvo fe para liquidar el partido. Pero ese ataque tres contra tres terminó en las manos de Marchesín que inició la réplica con Ayala que de primera alargó para la entrada de Ismael Blanco, quien aprovechando el hueco dejado por el defensor local en su innecesaria aventura, quien por entonces desandaba desesperado su ambicioso proyecto de gol cruzando la línea media y viendo como el delantero granate  definió con gran soltura y precisión, picándola sobre la cabeza de Olave. Ese empate, aunque daba tiempo para buscar la victoria, trajo cierto conformismo, sobre todo si tenemos en cuenta las dos localías que se vienen, una por cada torneo. Superando esta semana a O’higgins y a Rafaela en  La Fortaleza, el barco granate seguirá por buen puerto en la doble competencia. Ante lo apretado de los compromisos, para Guillermo, no hay manera de no apelar al recambio. Esta situación la sufrirán mucho más lo que pasen a octavos, y más aún los que disputen cuartos. Las cartas bravas de Lanús para no bajarse anticipadamente de ningún sueño son sus muy buenos reemplazantes, la perspicacia del Mellizo para elegir con acierto las variantes obligadas sin resquebrajar el funcionamiento, y el trabajo del profesor Valdecantos en el aspecto físico, demostrado con creces en el cierre del semestre que pasó de manera exitosa.