El domingo a eso de las 10:00 Lidia Cangiani subió a su terraza, y casi se desmaya cuando
en medio de la azotea se encuentra un tipo, medio en cuero (foto) durmiendo la mona.
La pobre Lidia -enferma cardíaca- casi infarta. Por suerte al intruso se lo llevó la policía, pero sus temores lejos están de terminar.
Es que su casa linda con un terreno abandonado, en la esquina de Illia y Emilio Mitre, donde se juntan alimañan de todos los tamaños y colores, y okupas y basura. El terreno está abandonado, pero tiene dueño: se trata del abogado Juan Carlos Michelini, que atiende su estudio en Damonte 1406. Este hombre encima se pone de mal humor cuando los vecinos le van a protestar, pero no hace nada con el terreno: no construye, ni lo vende, ni lo ocupa.
¿No sería hora que el municipio aplique fuertes multas a quienes hacen cosas como estas?