Los ediles no oficialistas están trabajando en algunas reformas al reglamento. El viernes entrevisté a Nicolás Russo, Adriana Storni y Jorge Schiavone en mi programa radial y declararon que no querían abrir muchas expectativas pero iban a comenzar a modificar el reglamento interno del HCD porque había temas que “son hechos y costumbres en el Concejo pero no están reglamentados” y para evitar confusiones intentarían incluirlos.
Empezaron. Ya presentaron la primera modificación que apunta a hacerle más fácil la vida a los funcionarios del ejecutivo. Crean la figura de las reuniones informales para que los secretarios de las distintas áreas vayan al HCD a explicar su trabajo. Según expresaron quieren controlar “cómo invierten el dinero, cuánto y en qué” y para ello, en lugar de citarlos al recinto (se sabe que en Lanús le tienen terror a la palabra interpelación), decidieron las reuniones como una alternativa menos confrontativa
Si bien Schiavone sigue diciendo que el Pro favorece la interpelación y que para ellos es la mejor forma para que los funcionarios den explicaciones, Russo se mantiene firme en la postura que “es lo mismo que expliquen en una comisión que en una sesión”, demostrando que no le interesa aplicar premios y castigos o que poco sabe sobre la labor legislativa
¿Cómplices o inocentes?, nos preguntamos nuevamente. Esta norma nueva que incluirían en el reglamento interno pone a los funcionarios a reparo de vecinos y periodistas. Lo que se hable en la comisión “privada” no llegará a los vecinos, a pesar que dicen que se tomarán versiones taquigráficas, que son textuales pero no pueden trasladar al papel tonos de voz, vacilaciones, dudas o expresiones faciales de los que preguntan ni de los que responden. Y eso, a veces, da la pauta de la verdad o la falsedad. No es lo mismo, señores concejales, no es lo mismo pese a que a algunos de ustedes les guste lo privado. La función pública debe ser lo más pública posible y ustedes la están privatizando. Las explicaciones se dan en el recinto frente a todos los que quieran presenciarlas: eso es ejercicio democrático. Russo dijo que los periodistas pretenden asistir a las prácticas de fútbol y en ellas puede haber roces e insultos y por eso no es bueno que estén presentes. Mal elegida la comparación: no hablamos de deportes sino de democracia. Tampoco es lo mismo. . Hoy, en la primera de estas reuniones de trabajo, el recinto estaba sellado: cerrada la puerta de la sala de sesiones, también se cerró la que da acceso a la sala contigua, no sea que alguien pudiese escuchar lo que se hablaba. Y esta puerta estaba “custodiada” por los asistentes de Daniel Píccolo, que no fue a la reunión.
Esta modalidad se establece por dos años. ¿Una modificación transitoria para qué?, se estarán preguntando. Yo también. Se supone que cuando se modifica algo tan importante como la normativa que va a regular el funcionamiento de una institución, se toma con tiempo y se hace en forma definitiva pues la modificación se piensa para bien. Si no sirve, en un futuro se puede anular o cambiar nuevamente. La única respuesta que se me ocurre es la que el FR está intentando demostrar que producen cambios importantes “para la galería”, para hacerse ver. Pero la conclusión es que le facilita mucho las cosas al intendente y a sus funcionarios con la increíble excusa que no quieren afectar la gobernabilidad. Con el proyecto de normativa que acaban de modificar no van a existir las interpelaciones, pues siempre” va a ser mejor, por la gobernabilidad” que las explicaciones se den en privado. El HCD ya se vació de contenido, ahora lo vacían de poder.
Después de casi tres horas hablé con dos o tres concejales que no huyeron rápidamente (era cerca de las 3 de la tarde) y si bien coincidieron en lo que se trató, las conclusiones personales fueron distintas. Pero de interpelación nada. Con lo cual se demuestra que yo tenía razón y que las reuniones privadas serán contadas por cada uno se acuerdo a su parecer. Mañana consensuarán los proyectos a aprobarse en la extraordinaria del viernes.
El intendente debe estar agradecido. Besos, abrazos y chau.
Marta Santos