“Burguesía nacional, ferrocarriles, impunidad criminal”, es el título del nuevo libro de Lisandro Martínez, cuyo propósito, según el autor, “ha sido proporcionar al lector un estudio simple de los orígenes de la burguesía argentina que ayude a entender qué rol cumple como dirección del país sometido a las fuerzas monopólicas. La burguesía “autóctona” es por esos motivos un cuerpo social en permanente crisis que responde a directivas y empujones provenientes del saqueo imperialista al que se somete a la Nación. De esos operativos entreguistas y draconianos es de donde la clase dirigente argentina extrae beneficios que aseguran su evolución económica y su consolidación en el poder.
“Su calidad de “asociada menor” de la enajenación de los recursos naturales del país, la inhabilitan para encabezar cualquier “patriada”. La articulación de los grupos que desde antes de Mayo la constituyeron y que luego de la Revolución de Mayo se cristalizaron, preparó el presente con sus vicisitudes de postración nacional.
“La Burguesía Nacional cuando encaró el negocio del transporte de carga y público, en especial el ferroviario, no se sustrajo de su génesis y por ese motivo subrayamos algunos aspectos fundacionales para entender las dificultades que nos abruman en el siglo XXI.
“El ataque a la independencia obrera que impulsan las patronales nos condujo a revisar una ofensiva con distintas graduaciones desde 1857 en adelante, cuyo objetivo es descabezar cualquier reagrupamiento obrero que pretenda desembarazarse del padrinazgo patronal para recorrer su propia historia. Ubicamos varios intentos de escarmientos donde la represión se cobró muertos de los cuales Kosteky, Santillán y Ferreyra son sólo los más cercanos que cayeron en la lucha contra la desocupación masiva y la tercerización.
“Revisamos la ofensiva contra las Comisiones Internas y la organización de fábricas iniciada en 1953/54 y que, lejos de haberse abandonado, sigue presente en la agenda patronal como
una asignatura pendiente para los explotadores del trabajo ajeno.
“Abordamos el Juicio a los asesinos de Mariano constatando el crimen de Estado; los testimonios del juicio, repasados a través de las evidencias, colocan en el banquillo de los acusados a la casi totalidad de las instituciones burguesas que desplegaron todos sus medios a la hora de proteger a sus hombres implicados en ese delito.
“Con las maniobras del TOC 21 ha quedado servida la instancia de revisar la Causa en manos de una Cámara de Casación experta en absolver al gatillo fácil policial y otras felonías.
“Una vez más el Estado desafía a las víctimas a luchar para que se haga justicia y en este caso particular debe primar la claridad de que esta lucha por sus implicancias históricas no se abandona, mucho menos en un período de ascenso y organización del movimiento obrero y popular”.