por Lisandro Martinez*
lisandromartinez47@yahoo.com.arLas paritarias de 2014 son la prueba, el testeo con la realidad que deberá afrontar el régimen político de los Magneto, Paolo Roca, Grobocopatel, Urquia, Blaquier, Funes de Rioja y los demás explotadores que gobiernan Argentina a través de las camarillas kirchneristas.
Son los grandes industriales, los sojeros y los formadores de opinión, quienes dominan ampliamente todas las variantes del arco político, que va de derecha a centroizquierda, y tienen también bajo su influencia a la mayoría de las Direcciones gremiales.
Pese al armado –artificial-, temen la reacción de las bases obreras por la abultada factura que deben hacerle pagar al mundo del trabajo. Este temor reverencial de la gran patronal se da a pesar del dominio casi absoluto del escenario social, donde los protagonistas de la defensa obrera están subordinados al mandato del empresariado más concentrado imponiendo un cepo a las reivindicaciones laborales.
La situación se torna tan dramática que las patronales quieren hacer intervenir a “Francesco” –elogiado por Obama- para que en nombre de Dios haga pasar el guadañazo contra el pobrerío.
Hay una dedicación exclusiva de los medios de comunicación y los lenguaraces de la patronal de presentar la devaluación del peso como un piso donde se estabilizaría la economía, cuando lo que sucede es que el equilibrio se ha roto y sólo la acción obrera independiente puede encontrar un eje nivelador a partir de conquistar un salario igual a la canasta familiar. A pesar de los vaticinios de la discípula papal CFK, la crisis internacional ha golpeado de lleno a la Argentina, liquidando de un plumazo la versión de que la situación internacional ofrece
posibilidades enormes al país y que aplicar el Rodrigazo sería un mal menor para los laburantes ya que mediante el acceso al financiamiento internacional y a mejoras en el intercambio comercial, la devaluación pronto sería un mal recuerdo.
Pero el desplome de la demanda China y las medidas de la Reserva Federal de EEUU están produciendo la caída de los precios de las materias que exportan países como Argentina; hay una fuga de capitales de los países dependientes del imperialismo hacia las metrópolis y una suba generalizada de la tasa de interés, encabezada por Brasil. A esto se suma que el nivel de crisis bancarias y financieras mundiales ha ido increscendo históricamente: hasta 1975 hubo 25 pasando en los últimos 40 años a 525 crisis. Esto contraria la aseveración del “izquierdismo” que pronosticó que “el capital se autoregula”, negando las enormes crisis humanitarias y miserias provocadas y la necesidad que se desprende de estas situaciones de que gobiernen los que trabajan.
Mientras este cuadro se agrava día a día, los dirigentes sindicales Hugo Moyano y Luis Barrionuevo se reunieron para complotar con Macri una salida contraria al interés obrero. Ni que hablar de Miguel Caló, quien fuera vituperado públicamente por CFK sin que el “rehén” defendiera las necesidades populares. Es perjudicial para la salud pública que estos dirigentes continúen representando al trabajador ya que en las últimas tres décadas sólo maniobraron a favor de sus prebendas de cúpula, por lo que su popularidad dentro de fábricas, empresas y reparticiones públicas, va en franca decadencia. Los bocadillos con que sobreactúan ante cada paritaria retrata la necesidad de acabar con un método basado en las bravuconadas y no en la organización para luchar por lo perentorio. Cuando se desgañitan e inflan el pecho como si lucharan contra la patronal en verdad aparecen como la troupe de Karadajian, sin ninguna de las virtudes de los titanes y con todos los defectos que presentaba aquel inolvidable espectáculo circense cautivador de niños.
En Lanús el gremio que agrupa a la mayor cantidad de empleados –en blanco y en negro- es el Sindicato de Trabajadores Municipales, por lo tanto la forma en que define las paritarias el STML es un indicativo para los demás. En la Paritaria del año pasado cuando se “boqueaba” a los cuatro vientos que el reclamo salarial del 25% en un sólo pago no era negociable, el Diario del Sur señaló: “El epílogo fue un 23 % en dos veces (10% en marzo y 13% en agosto), el plus por única vez ($200) y el porcentual de antigüedad (1%)” (7/5/2013). Las cuotas amortizaron aún más esas sumas irrisorias y los negociadores obreros “a regañadientes” la aceptaron porque compartían la política del menemista Scioli cuyas conclusiones son que “los municipios están quebrados”. Por supuesto la quiebra existe porque toda la carga contributiva la soportan los que viven de su trabajo, mientras las industrias, Casinos, Bingos, etc. evaden y otros sectores parasitarios no sólo no pagan sino que son subsidiados con sumas millonarias en dólares (concesionarios del transporte, clero, etc.)
El problema no es sólo gremial sino también político, la adhesión del STML integrado desde mayo de 2013 a la rama sindical del grupo sciolista llamado “Descartes” es un dato clarificador.
Hasta al mismo Pédhelez le llamó la atención que lo designaran como Coordinador del brazo gremial de “Descartes”. “Yo fui invitado, habiendo más dirigentes de fuste que me elijan a mí me pareció una broma, no conozco las razones por las que me eligieron”. (Política del Sur).
Aparte de lo anecdótico -desde ya muy ilustrativo de la debacle- quienes organizaron la reunión en Ensenada fueron el Ministro de Trabajo, Oscar Cuartango y el Jefe del Gabinete Provincial, Alberto Pérez.
Pédhelez entonces anticipó “que comenzó a caminar por la candidatura presidencial de Daniel Scioli 2015”. (Agencia Periodística Lanús)
Cuartango, Pérez y Scioli son reconocidos enemigos de los trabajadores estatales; la estrecha vinculación del STML adhiriendo a la política de Scioli (ofensiva contra los trabajadores de PBA) aparece echando luz a todas las idas y vueltas de Pédhelez y su perspectiva futura junto al motonauta menemista clerical.
Un párrafo especial de raigambre freudiano: Antes la agrupación que contenía a esta gente se llamaba la Juan Domingo -decían “para honrar al General Perón”- y ahora se llaman Descartes seudónimo con el que Perón ocultaba su identidad cuando escribía en el diario Democracia. ¿No será que los hasta ayer “Juan Domingo” enmascarados ahora como “Descarte” abandonan la mascarada “Nacional y Popular” y decididamente se lanzan a la liquidación de las conquistas obreras?
(*) Del PO