por Eduardo Moltedo*
Realmente el excelente artículo de la periodísta Marta Santos, desnuda la triste realidad de los integrantes de uno de los poderes del municipio: el Concejo Deliberante.Constitucionalmente no tengo herramientas para anular mi voto de las últimas elecciones, pero sí puedo expresar algo que se siente en mi familia. Primero para con el actuario Néstor Grindeti, quién sigue ocupando el hermoso despacho de ministro de la ciudad de Buenos Aires. Fue votado para que ejerza sus funciones en Lanús. ¿No sabía él que no podía acceder a su banca, sin dejar el ministerio? Lo suyo sólo fue una candidatura testimonial, como lo hicieron los KK en 2009: Néstor K, Scioli, Massa, Nacha Guevara entre otros, y aún, los que tenemos un poco de materia gris debajo del pelo nos acordamos.
El segundo caso es el dirigente de la Asociación de Futbol Argentino, Nicolás Russo, que culminó su corta carrera política con una frase que lo pinta de cuerpo entero: "La interpelación a un funcionario del ejecutivo es destituyente". No se da cuenta Russo de que fue votado por presentarse como opositor a Dario Diaz Perez, con todo lo que ello implica. El mandato que le dieron los votantes no es lo que hace y dice. Además, ya que manifiesta ser integrante del grupo de +A, tendría que dejar de acompañar a los equipos de la AFA, y viajar más seguido a la ciudad de Tigre, islas incluídas, para ver lo que es una gestión "normal" , excelente si la comparamos con Lanús.
Ambos dirigentes -Grindetti y Russo- en la próxima elección van a tener que remar en dulce de leche, ya que los votantes, entre los que me incluyo, no olvidaremos las conductas descriptas. Y qué decir del ejecutivo. Sólo sale en fotos preparadas, tanto el intendente como la diputada, pero siempre junto a un patrullero. No se lo ve en las pocas obras, digamos pequeños arreglos que se hacen en la vía pública. Si saldría un poco a la calle vería. por
ejemplo, que la divisoria de la avenida Rodriguez entre Salta y Guidi, que están reparando a nuevo desde hace casi un año, por el vivoreo de la línea de trabajo, debería ser destruída y realizada de nuevo por personal idóneo.
Y qué decir de las obras de la 9 de Julio. También se enterarían de que el 0800 para solicitar el retiro de residuos de los domicilios no responde, como tampoco responden los teléfonos del municipio. O que la pista de skate que está en la plaza de Escalada, no tiene ninguna medida de seguridad y en cualquier momento algún seudo deportista se va a fracturar una pierna y lo tendremos que pagar por bueno. Y qué decir de las obras divisorias de la avenida Hipólito Yrigoyen de Avellaneda a Lomas de Zamora. En la primera pusieron palmeras con macetones de adoquines. En Lanús un engendro de caños, realizado a ojo. Lo mismo en Lomas, solo que un poco más vistoso. Me llama la atención que es jurisdicción provincial y no creo que tengan autorización del estado provincial, previo estudio sobre seguridad vial de dichas obras. Esta es otra futura causa de demandas de choques contra esos hierros y ni que hablar del puente que cruza la avda Yrigoyen en la bajada del Club El Porvenir (un cazabobo de fierros retorcidos para los que no conocen la zona).
A todo ésto, me viene a la memoria, una situación que se dió en Remedios de Escalada y Rivadavia. A las siete de la mañana hace varios años cuando me dirigía a la Comisaría de Valentín Alsina, de la que era titular, me topé con el intendente Manuel Quindimil, quién estaba hablando con los obreros municipales que trabajaban en un arreglo del empedrado. Control directo de la gestión. Así también se lo podía ver en la puerta de su casa todos los días, despues de la siesta, en pijama y camiseta, atendiendo a personas que tenian algún poblema. Siempre tenía la oreja disponible para el necesitado. El alumno que lo traicionó no aprendió nada. Lo lamento por los vecinos de Lanús. Atentamente
(*) Comisario inspector (RA), y vecino de Lanús