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lunes, 13 de enero de 2014

El golpe de calor y la insolación

por Alejandro Chitrangulo

Febrero es un mes muy caluroso. Ideal para vacaciones y actividades al aire libre. Pero cuidado, las personas que realizan alguna actividad cuando hace calor y hay mucha humedad en el medio ambiente pueden sufrir algún mareo, desvanecimiento y, en casos extremos, estados de inconciencia que requieren atención médica. Infórmese leyendo esta nota:
La forma más común de sufrir un golpe de calor, es ocasionada por sobre exposición al sol, y se conoce como golpe de calor o insolación.   El golpe de calor se produce cuando la regulación de la temperatura es incapaz de disipar la acumulación del calor corporal. Esto ocurre, sobre todo ante la exposición a altas temperaturas o como consecuencia de actividades físicas en ambientes con temperaturas elevadas (golpe de calor postejercicio). Se trata de una urgencia médica, ya que puede alterar a todo nuestro cuerpo y que es provocado por la presencia de fiebre muy alta, por lo general, más de 40° C.  En estudios practicados a deportistas adultos de alto nivel de competencia se ha comprobado que durante la actividad física se puede generar una temperatura rectal desde 38.5ºC hasta 40ºC al presentar estados de deshidratación del 3 al 5% del peso corporal, por lo que estas temperaturas corporales se pueden presentar en el niño que realiza deporte con estados de deshidratación aún menores.  Los más sensibles a los efectos del calor son los niños pequeños, ancianos, gente obesa y quienes estén tomando ciertos medicamentos.                                   
Efectos del golpe de calor
Entre los primeros síntomas del golpe de calor se encuentran: mareo, dolor de cabeza, fatiga y náuseas. El problema puede empeorar si la persona ha sufrido recientemente diarrea o
vómito, situación que provoca mayor pérdida de líquidos.                                                                    En una persona adulta de 70 Kg.  de peso, el 57%, o sea 39.9 Kg.  está compuesto por agua. Este porcentaje corporal de agua aumenta conforme disminuye la edad. Así tenemos, por ejemplo, que el recién nacido tiene el 78% de su peso en agua, al año de edad el 60% y así sucesivamente. Por eso, si en el adulto es importante la adecuada hidratación, en el niño lo es mucho más. El golpe de calor ocurre cuando la temperatura corporal rebasa los 40° centígrados y está acompañada de pulso fuerte y rápido, que pronto se torna débil, a la vez que disminuye la frecuencia respiratoria. Las características más importantes de este trastorno es una afectación profunda del sistema nervioso central, que se caracteriza por confusión, convulsiones, pérdida de conciencia. Otros de los síntomas más comunes que encontramos, son: cefalea (dolor de cabeza), vértigo  y náuseas. Piel enrojecida, caliente y seca, respiración débil, pulso débil, elevada temperatura corporal. Después puede presentarse una baja en la presión sanguínea, desmayos, pupilas dilatadas y palidez. Es importante saber que el golpe de calor debe ser tratado inmediatamente, porque puede provocar la muerte del paciente.                                                  
El riesgo en los niños es mucho mayor, porque hay mayor proporción de agua corporal con relación al  peso en el niño que en el adulto. El adulto suda menos y presenta menor excreción por cada glándula sudorípara que el niño.  El adulto tiene mayor área de superficie corporal, lo que propicia un mayor intercambio de calor entre la piel y el ambiente. A cualquier nivel de ejercicio, el niño produce mayor calor metabólico por kilogramo de peso que el adulto. Los niños tienen menor riego sanguíneo a la piel, lo que interfiere con la convección del calor desde la parte central del cuerpo hacia la periferia.                                                                         Qué hacer                                                                                                                                        
  Ante los primeros síntomas de mareo y desvanecimiento, se recomienda acostar a la persona afectada en un lugar fresco, bajo techo. En casos no muy graves, y si el paciente está dispuesto, pueden proporcionársele bebidas que favorezcan la rehidratación, como café con azúcar o agua con sal (1 cucharada de sal por litro de agua). Se debe Intentar refrescarlo, mojarle la ropa, aplicar compresas con agua fría o bolsas de hielo sobre la cabeza. Si es posible, desnudar al afectado y sumergirlo en agua fría hasta que la temperatura del cuerpo haya descendido por debajo de 38° C, envolverlo luego en toallas húmedas y colocarlo en posición lateral de seguridad en un lugar aireado hasta la llegada del médico. El tratamiento debe orientarse a reducir la temperatura en un plazo de una hora. Cuando el tratamiento se retrasa más de cuatro horas o no ha sido eficaz de inmediato, suele originarse el choque y edema pulmonar, ataxia cerebral, insuficiencia renal y hepática y lesión cardiaca. La importancia del manejo inicial es reducir la temperatura corporal y aumentar la circulación. Se considera que mientras más elevada se encuentre la temperatura mayor debe ser la técnica de enfriamiento.  Es muy importante: No atender a una persona afectada por insolación o golpe de calor bajo los rayos del sol. No darle bebidas a una persona que esté desmayada, pues se corre el riesgo de ahogarla.                                                                                
La mejor manera de prevenir una insolación es no exponerse al sol de forma prolongada, sobre todo con temperaturas altas. Tratar de no realizar actividades deportivas durante los horarios cuando el calor ambiental es más alto. Usar ropas apropiadas y de material absorbente, permitiendo la mayor cantidad de piel expuesta al ambiente para facilitar la evaporación del sudor. A las personas que realizan competencia fuerte les ayuda mucho pesarse antes y después de la practica, ya que por cada kilogramo de peso perdido se requiere beber un litro de agua. Recordar que aunque un niño no esté realizando actividad física, por el sólo hecho de estar sentado bajo los rayos del sol tiene aumento de temperatura y pérdida de líquidos por evaporación.