por Omar Dalponte
nuevospropositos@hotmail.comEste gobierno sorprende, para bien, todos los días. El país avanza y quienes no se resignan a esta realidad contundente de ampliación de derechos, recuperación de soberanía, crecimiento, mejor distribución de la riqueza, coraje frente a los monopolios, consolidación de la democracia con justicia social y muchas otras cosas en favor del pueblo no tienen más remedio que recurrir a las críticas sin contenidos, al insulto barato y a masticar su impotencia en los márgenes de la vida. La falta de argumentos y la mediocridad de la oposición en cualquiera de sus variantes son enfermedades para las cuales parece que no hay tratamiento posible.
Desde hace muchísimos años - excepto en la época de los gobiernos de Perón y de Kirchner- no contamos con un equipo de gobierno, un liderazgo nítido y un proyecto de país tan capaces y sólidos como en la actualidad. Si los apreciados lectores desean, podemos intentar, en cualquier momento, hacer una comparación objetiva de los diez últimos años kirchneristas con todos y cada uno de los gobiernos no peronistas, incluidos el menemismo y las dictaduras militares. Asimismo nos animamos a comparar, además, la totalidad de las situaciones imperantes durante esos gobiernos en los últimos setenta años de nuestra historia, con el escenario actual. Sería un interesante debate discutir sobre que ocurrió en los distintos segmentos de estas diez décadas y analizar el nivel de conflictividad de aquellos tiempos que muchos, por ser veteranos en estas cuestiones y en la vida misma, pudimos observar de
cuerpo presente. Sin duda comprobaríamos diferencias no pequeñas
Mientras tanto, dejando un poco de lado la tentación de comentar lo que proponemos, veamos algún hecho puntual de estos días en que, a pesar de tanta catástrofe anunciada por inveteradas y no creíbles figuras descarnadamente opositoras, el clima de esperanza no abandona a los sectores populares que hoy, como nunca en mucho tiempo, tienen acceso por lo menos a las pequeñas grandes cosas que permiten una vida digna. Hemos recuperado Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) que había sido vendida a precio vil por el menemismo. La recuperación de esta empresa insignia significa no solo enormes beneficios económicos para nuestro país. Es también algo más y no menos importante. Hemos vuelto a conquistar soberanía, con lo cual nuestra República crece en prestigio ante el mundo y adquiere a nivel internacional un lugar importante entre los países respetados que, por serlo, son también escuchados de particular manera en los foros que se realizan en el exterior. No son iguales las voces de los timoratos y sirvientes que las voces de los pueblos con coraje y soberanos.
Como todo tiene que ver con todo, ahora que YPF volvió a ser parte del patrimonio nacional funciona mejor, produce más y tiene por delante una tarea fundamental de cara al futuro. Por ejemplo la actividad a desarrollar en la formación petrolífera Vaca Muerta. Esta formación está ubicada en la provincias de Neuquén, Rio Negro y Mendoza. Su descubrimiento salió a luz en el año 2010. A fines de 2011 se informó que las reservas de semejante yacimiento son inmensas y de aquí en más, con la bandera nacional al tope de la principal empresa argentina, las inversiones extranjeras, debidamente controladas por el Estado para asegurar nuestras reservas energéticas, posibilitarán mayores beneficios para nuestro país por todo lo que representa disponer soberanamente respecto a la exploración, explotación y procesamiento de tal riqueza.
Veamos alguna interesante noticia dada a conocer por la agencia Telam el 29 de noviembre pasado: "Un análisis de la agencia Bloomberg señala a Cristina como la gran ganadora de la disputa, ya que su imagen había quedado como la de "una negociadora fuerte" en la pulseada con Repsol, que "perderá una batalla de 19 meses por su indemnización", describe el medio estadounidense que refleja tradicionalmente la opinión de Wall Street"
"En su informe, la agencia noticiosa de Nueva York Bloomberg destaca que la oferta argentina de compensación, en torno de la cual se cerró el preacuerdo, "es inferior a la mitad de los 10.000 millones de dólares que solicitó originalmente Repsol". Y agrega que "obligar a Repsol a aceptar menos de la mitad de lo que pedía y, según trascendió, pagar en bonos a diez años, hace quedar a la Presidenta como una negociadora fuerte". Postula el artículo que el final del conflicto "no sólo descarta las posturas de los críticos del acuerdo, que sostenían que el Gobierno había robado las acciones de YPF, sino que sugiere además que Fernández realmente está por cambiar el rumbo de la política energética".
También nos dice Clarin.com hace un par de días: "La petrolera estatal mexicana Pemex evaluaría el mes próximo su posible participación en el yacimiento de Vaca Muerta, reconocieron en la propia compañía. Los mexicanos están a la búsqueda de experiencia en la explotación de yacimientos no convencionales porque ellos también los tienen, pero sin el grado de desarrollo que ya tiene la Argentina".
Distintas agencias de noticias, algunas de ellas no amigas del gobierno, también informan: "La empresa Gas y Petróleo del Neuquén y la alemana Wintershall Holding, firmaron un acuerdo comercial de unión transitoria de empresas destinado a la exploración y desarrollo de una zona hidrocarburífera en Vaca Muerta. Será con una inversión inicial de 150 millones por 24 meses, que se ampliarán hasta alcanzar una inversión global de 3.350 millones, en un plazo de 10 años.
"Wintershall Energía es el brazo de petroleo y gas de la empresa alemana BASF, y planea explorar un área de 97 kilómetros cuadrados en Vaca Muerta, considerada una de las mayores reservas de hidrocarburos no convencionales. Esta superficie representa la tercera parte del área conocida como " Aguada del Chañar"; las otras dos partes ya se están desarrollando con ENARSA".
Así son las cosas. De todas maneras, verborrágicos opositores y opositoras de lengua filosa, espíritu perturbado y tal vez amarrados a compromisos mayúsculos con los monopolios, continúan a disgusto acelerando en vacío. Y aquí viene el recuerdo que sirvió para título de la presente nota: en nuestro barrio de correrías infantiles una adorable gallega, si rechazábamos alguna comida de su cálida producción nos decía: a volar..si no te gusta chúpate los mocos. Ante esta buena realidad argentina, algunas y algunos no tienen otra opción que la indicada por la hispánica abuela. Que les aproveche.
(*) De Iniciativa Socialista