Como se recordará, más allá del aumento del 20 % en todas las tasas (TSG, publicidad, seguridad e higiene, etcétera.) lo más cuestionado por la oposición fue la parte fiscal, que otorga hiperpoderes al intendente y deja de lado al Concejo Deliberante en cuestiones como la demarcación de nuevas zonas en el distrito (actualmente están establecidas como A, B, C y D y una especial dentro del centro que sería A1) y permite al ejecutivo aumentar hasta un 100% las tasas en cualquier momento del año.
Como ya señalara el doctor Hernán Colombo Russell en su oportuna nota, lo más grave de esta ordenanza no es la parte impositiva sino la fiscal, ya que según su interpretación -avalada por otros técnicos en la materia- se vulnera el derecho a defensa del vecino establecido en la Constitución Nacional. De allí que la sesión de hoy tiene la importancia que da el que sean los vecinos los que contemplen esta situación y con su voto negativo lleven a revertirla.
Pero, como todos los años, no hay esperanza que así suceda, ya que los “mayores contribuyentes” no tienen nada de ello. Son vecinos comunes que han pagado puntualmente sus tasas, propuestos por distintos concejales, sugeridos en una lista y elegidos prolijamente por el oficialismo, lo que hace que conformen una mayoría de votos que responden en masa -salvo honrosas excepciones- en forma positiva. La falta de difusión oficial hace que el resto de los habitantes de Lanús no tengan la más remota idea de qué se trata y no asistan a la sesión, contribuyendo a que el deseo del intendente se cumpla cómodamente: tener los hiperpoderes y no hacer participar al HCD en lo que, legalmente, le corresponde.
Con la sesión de hoy, un simple trámite administrativo que sólo cumple esta finalidad, quedará oficializado uno de los mayores despropósitos en materia legal cometidos en el municipio de Lanús.
Marta Santos