por Alicia García*
Después de esta vergonzosa asunción en Lanús, donde se defienden las ideas a trompadas y agresiones, las redes sociales se han convertido en un libro de quejas donde cada dirigente abre el placard toma las banderas del peronismo y comienza a desgarrarse sus prendas poniendo frases fundamentalistas y exigiendo que no se vendan ni negocien nuestros principios, etcétera.La cosa es que muchos de los que se quejan, en algún momento han sido autoridades de partido, funcionarios del ejecutivo, dirigentes de agrupaciones, y no escuchaban a la militancia que predecía lo que hoy pasa en el partido y también en el ejecutivo.
Las quejas de la militancia fueron siempre por la falta de participación en las mesas de decisiones, la oposición a las negociaciones con dirigentes que nada tienen que ver con el peronismo, por la falta de democracia y actividad dentro del partido. Entonces nos encontramos hoy con un partido minado de kirchnerismo, Raiz Social, La Cámpora y los dirigentes peronistas mirando desde afuera como se quedan con todo.
Entonces, cuando la militancia analiza esta situación se da cuenta que los quejosos de hoy son los que entregaron todo ayer, son los que quedaron fuera de todo y desde ahi surge su queja, porque no hemos visto ni escuchado antes que pusieran sobre la mesa la valentía y formaran, por ejemplo, una lista de militantes para ocupar cargos dentro del partido, o pelear para que militantes estén en una lista de candidatos. Eso no sucedió y hoy por hoy viendo como ha quedado todo, no creo que suceda, por que los yosistas, ven sólo el árbol que no les permite ver el bosque.
Llegar a esta situación es responsabilidad exclusiva de los yoístas que creen ser los únicos capaces de hacer las cosas bien, creen ser dueños de la verdad, del peronismo, de la
militancia, de todo.
Son incapaces de dejar su egoísmo de lado y dar lugar a muchos compañeros que practican el peronismo en la calle, con la gente, con los necesitados.
El peronismo que predican sentados en las mesas de bares, no sirve, no ayuda, no crece, no seduce, y por el contrario enoja y asquea tanto al militante como al vecino.
Un vecino que ante la falta de opciones claras se encuentra con que ha votado esperanzado una lista encabezada por Sergio Massa pero que en definitiva ha traído a nuestra ciudad más división que esperanza e inevitablemente le ha otorgado al actual intendente la tranquilidad de seguir haciendo lo que quiera a través no solo de los suyos sino de algunos nuevos que ni siquiera tuvieron la intención de proponerse como autoridades de concejo.
De todas maneras, tengo la convicción que aun se puede hacer algo desde el espacio que conduce Salvador Baratta, quien ha sabido interpretar el sentir del vecino, quien no hace una lectura partidista de la situación en Lanús, para quien cree que esto es una cuestión de tener honradez y no de ser un comerciante de la política.
Desde nuestro espacio se trabaja para la gente. ¡Y si algún día nos vamos nos iremos con el orgullo y la tranquilidad de no haber negociado nada para beneficio propio!
El lema de nuestro espacio es: La lealtad a tus convicciones y la honradez en la vida no se negocian ni se venden.
(*) Secretaria de Baratta en el HCD