por Alejandro Chitrangulo
Según señalan los médicos especialistas en el aparato digestivo, el estreñimiento es un mal muy común entre los adultos, y en cierta medida desconocido. Esto se debe a que la mayoría de la gente piensa que padece estreñimiento cuando no va al baño todos los días. Hay una confusión en ese punto, ya que no todas las personas tienen movimiento intestinal todos los días. Para algunos, ir al baño dos o tres veces a la semana es suficiente. De todas maneras, hay que tener muy presente que el estreñimiento es un síntoma, no una enfermedad. Se debe hacer frente a él, pero sobre todo mejorando los hábitos alimenticios y vitales. Por lo general se trata de un cuadro caracterizado por una reducción en el número y peso normal de las deposiciones y con frecuencia se asocia a un endurecimiento de la textura de las heces. Su diagnóstico es difícil de determinar, dada la naturaleza subjetiva del problema y la dificultad de concretar el hábito intestinal normal, claramente influido por las diferencias socioculturales y dietéticas. En una población general sana, la frecuencia normal de las deposiciones oscila entre tres por semana y tres diarias, que se expulsan sin dificultad en el 75% de las ocasiones. La defecación debe ser indolora, no requerir esfuerzo excesivo y ser completa. Bajo este criterio, podemos definir el estreñimiento como la dificultad en la defecación en más del 25% de las ocasiones y/o con una frecuencia inferior a tres deposiciones a la semana, asociada a veces con calambres abdominales y flatulencia, que siguen a la expulsión defectuosa de heces, generalmente de consistencia dura y en forma de bolitas, que pueden estar muy por debajo del peso normal (250 gramos diarios). Así mismo, pueden presentarse otros síntomas tales como dolor de cabeza, irritabilidad y falta de apetito. La persona que sufre de estreñimiento puede presentar todas o tan solo algunas de estascaracterísticas.
Las causas mas comunes
Entre las causas más comunes que dan lugar a este cuadro, agudo o crónico, se encuentran: La falta de alimentos ricos en fibra en la dieta cotidiana unida a una baja ingesta de líquidos que hace que las heces sean de pequeño volumen y muy duras. La debilidad de los músculos que intervienen en la defecación. La toma de ciertos medicamentos, como la codeína, analgésicos, sedantes, hierro oral y antidepresivos, entre otros, que provocan una disminución del peristaltismo intestinal. También la enfermedad de parkinson, el embarazo, la diabetes, alguna predisposición genética, enfermedades ano rectales, como fisuras y hemorroides, que causan defecación dolorosa. La enfermedad del colon irritable. Los viajes, el estrés o la depresión. La estenosis (estrechamiento del intestino), los pólipos o el cáncer de colon y situaciones en las que se produce obstrucción del intestino grueso. La edad, es otro de los posibles factores, es muy común el estreñimiento en las personas mayores de 65 años, sobre todo cuando existe mucha medicación.
La respuesta dietética
Las recomendaciones médicas siempre se basan en mejorar la dieta, hacer ejercicio físico y responder a la necesidad de ir al baño cuando llegan las ganas, sin esperar. El incremento en los aportes de fibra a partir de cereales integrales, verduras y frutas, legumbres, frutos y frutas secas se asocia con un aumento en la frecuencia de las deposiciones y un mayor peso de las heces. La fibra actúa aumentado la masa fecal, estimulando los movimientos intestinales y facilitando la fluidez de las heces. Otro aspecto a tener en cuenta es aumentar la ingesta de líquidos, con las comidas (agua, o jugos naturales sopas, gelatina, infusiones, etcétera) y también entre comidas. Son útiles los yogures pro-bio con lacto basilus que mejoran la flora intestinal y las nuevas leches descremadas con fibras. Se recomienda limitar el consumo de carnes grasas, embutidos y vísceras, pescados en conserva, salazón o ahumados. Pan fresco recién horneado tipo baguette y pasta poco cocida, reducir la ingesta de arroz que es astringente, galletas rellenas o bañadas con soluciones azucaradas o chocolate es también astringente, pastelería y repostería rellenas o bañadas en soluciones azucaradas, golosinas y dulces. Se deben evitar los edulcorantes, como sorbitol, sacarina, ciclamato y aspartame. Las verduras flatulentas como alcachofas, col, coliflor, brócoli, coles de Bruselas, pimiento, pepino, rábanos y puerros. La fruta en almíbar o confitadas, frutas astringentes como membrillo, pomelo, banana, manzana rallada, limón. El té, que contiene taninos y es astringente, el jugo de limón, de pomelo, de manzana y bebidas alcohólicas.
Las dietas ricas en fibra no solo nos benefician al evitar el estreñimiento, también colaboran en la prevención de otras enfermedades como: hemorroides y venas varicosas, enfermedad diverticular de colon, cálculos en la vesícula biliar y cáncer de intestino. Ayudando en el tratamiento de la hipercolesterolemia (la fibra arrastra parte del colesterol presente en las sales biliares junto con las heces), la diabetes (la fibra ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre) y la obesidad (por su efecto saciante). Así mismo, la fibra reduce el número de recaídas en personas que padecen de úlcera crónica.
Existen medicinas para hacer frente al problema del estreñimiento y entre ellas, los especialistas siempre recomiendan usar laxantes de tipo formador de bolo fecal, no los irritantes.
El meteorismo y la flatulencia mejoran con ayuda de infusiones carminativas, entre horas o después de las comidas. Infusiones de menta, anís, salvia o de hinojo o bien añadir unos granos de anís verde, hinojo o comino a una infusión de manzanilla, ya que ayudan a la digestión, y de hierbabuena, que relaja los músculos del colon (intestino grueso), lo que ayuda a aliviar la molestia del exceso de gases.
El yogur y otras leches fermentadas contienen bacterias que ayudan a equilibrar la flora del intestino, mejoran las secreciones intestinales y estimulan el peristaltismo intestinal, por lo que están especialmente recomendados.
Los aceites ejercen una importante acción favorecedora del movimiento intestinal por su potencial lubricante; emplearlos en las cantidades adecuadas en la cocina y añadir también unas gotas de aceite en bocadillos y tostadas.
Tomar los alimentos o muy fríos o calientes para estimular el movimiento intestinal.
Prescindir temporalmente de los alimentos ricos en taninos (astringentes): membrillo, banana, manzana cruda, arroz, zanahoria.
Probar los siguientes consejos caseros: Tomar una vaso de agua templada y un kiwi en ayunas al levantarse, o café sólo, o jugo de naranja, o ciruelas pasas u frutas secas rehidratadas en ayunas (por ejemplo compota de manzana y las ciruelas secas).
Cocina y condimento
Preferir aquellas técnicas culinarias que menos grasa aportan a los alimentos: cocido o hervido, vapor, rehogado, plancha, horno y parrilla.
Utilizar moderadamente fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (desgrasar en frío, mejora su conservación y su calidad nutricional).
Respecto a la legumbre, un remojo prolongado (mayor de 8 horas) y romper el hervor a mitad de cocción, disminuye la posibilidad de que causen flatulencia.
Para que la comida resulte más apetitosa se pueden emplear diversos condimentos: Ácidos: Vinagre y limón. Aliáceos: Ajo, cebolla, cebolleta, cebollino, chalota, puerro, según tolerancia. Hierbas aromáticas que ayudan a la digestión: Romero, salvia, tomillo, semillas de hinojo o hinojo fresco (bulbo parecido a una cebolla). Evitar las especias fuertes: Pimienta (negra, blanca, cayena y verde), pimentón, guindilla.
El vinagre y el aceite (oliva y semillas) pueden ser macerados con hierbas aromáticas.
En la elaboración de salsas, los vinos u otras bebidas alcohólicas como ingrediente flambeados pueden hacer más sabrosas diversas recetas, pero siempre en cantidades controladas.
No todo es comer
Reeducar el reflejo defecatorio, acudiendo al baño en horas fijas, para que así rememoren el horario usual de épocas con normal funcionamiento intestinal.
Realizar tablas de gimnasia abdominal que puede practicarse a primera hora de la mañana y antes de la cena, durante 10 minutos. Estos ejercicios estimulan y tonifican la musculatura abdominal implicada en el proceso evacuatorio.
Los expertos en gastroenterología recomiendan, como primera opción en el tratamiento del estreñimiento, una dieta con abundantes alimentos ricos en fibra (10-15 gramos por cada 1.000 kilocalorías) y líquidos (hasta 2 litros al día, de alimentos y de bebidas). Los suplementos de fibra y los laxantes, se emplearán solo en caso de que la dieta no tenga el efecto esperado.