por Alejandro Chitrangulo
Desde que el mundo es mundo el hombre pierde el pelo y se dice que lo único que para la caída del cabello, es el piso. Durante muchísimos años el hombre estudia drogas y tratamientos que hagan crecer el tan anhelado pelo de la cabeza. Muchos ofrecen la panacea, pero los resultados son más que pobres. Desde ahora los humanos no estamos más condenados a la bocha lustrosa, porque las noticias científicas hoy nos traen una novedad alentadora. La solución para hacer crecer el pelo, habría llegado por casualidad mientras se estudiaba la relación cerebro-intestinal.La ciencia está plagada de descubrimientos accidentales. De hecho, uno de los avances más revolucionarios de la medicina fue una casualidad. En 1929, tras volver de sus vacaciones, Alexander Fleming se dio cuenta de que un cultivo de la bacteria staphylococcus aureus que dejó olvidado había muerto, debido a la aparición de un hongo que producía una sustancia capaz de eliminar las bacterias. Hacía la penicilina. ¿Será esta otra casualidad milagrosa?
Esta es la noticia: Investigadores estadounidenses que estudiaban los efectos del estrés sobre los intestinos hallaron inesperadamente un compuesto químico que estimula el crecimiento capilar.
Investigadores de la University of California en Los Angeles, comandados por el doctor Million Mulugeta, trabajaban en un estudio con ratones genéticamente modificados, que son capaces de sobreproducir la hormona del estrés, conocida como factor de liberación de corticotrofina (o crf, por su sigla en inglés). Estos roedores perdían el pelo en la medida en que se iban convirtiendo en modelos de estrés crónico. A medida que estos ratones
crónicamente estresados crecían, su cabello se ponía gris y finalmente se caía. Mulugeta comparó el efecto con el que se observa al ver envejecer a un presidente estadounidense tras el curso de dos mandatos de cuatro años en la Casa Blanca.
Por otro lado, investigadores del Instituto Salk, de la Universidad de California, habían desarrollado un compuesto químico que tenía la habilidad de bloquear la acción estresante de la crf, un péptido llamado astressin-b.
Los investigadores les inyectaron, entonces, varias veces el astressin-b a los ratones para ver de qué manera se manifestaban los efectos inhibitorios del estrés en el tracto gastrointestinal. Los ratones recibieron diariamente una inyección del compuesto por cinco días, luego el equipo midió los efectos del fármaco sobre su colon y los volvió a colocar en sus jaulas.
Sorpresa científica
La sorpresa sobrevino tres meses después, cuando los científicos volvieron en busca de los ratones
para más experimentos y se encontraron con que todos habían recobrado su pelo. “No podía distinguírselos de sus pares que no habían sido genéticamente modificados. Fue totalmente inesperado, casi el 100 por ciento de los ratones respondieron. El pelo creció nuevamente por completo. Es un efecto muy drástico”, explicó Mulugeta.
El efecto permaneció por cuatro meses, un tiempo relativamente prolongado en la vida de un ratón, indicó el autor. Estudios de seguimiento confirmaron los hallazgos. el equipo también evaluó el compuesto en ratones modificados más jóvenes que aun no habían perdido su pelo y halló que el astressin-b evitaba que se quedaran pelados.
“No sólo restaura el cabello, sino que además previene su pérdida”, señaló Mulugeta. Según el investigador, estos resultados podrían abrir nuevas áreas de exploración sobre la pérdida de cabello en los seres humanos, especialmente en aquellas personas en las que ese trastorno está relacionado con el estrés y el envejecimiento.
Hasta el momento, el compuesto sólo fue probado en ratones genéticamente modificados para portar una cantidad excesiva de la hormona del estrés y no se sabe si tendrá algún efecto sobre los seres humanos. No obstante, Mulugeta dijo que es posible que este mismo proceso se replique en las personas, que también tienen receptores del crf en la piel.
Uno de los participantes en el proyecto maneja una clínica privada y ya recibió licencia para desarrollar el compuesto astressin-b.
Siempre alguien te pincha el globo
Citado para una nota por bbc mundo, Desmond Tobin, director del centro para los estudios de la epidermis de la Universidad de Bradford, advirtió contra un excesivo optimismo, ya que los ensayos con ratones no se traducen en efectividad respecto a tratamientos para seres humanos.