Por el tiroteo de la barra brava en 2012 que dejó un muerto. Un condenado a perpetua.
El Tribunal Oral 5 de Lomas de Zamora condenó a prisión perpetua a Ariel “El Colo” Cárdenas; a 14 años de prisión a Lucas Lezcano, y siguen siendo juzgados Mariano “El Culón” González, quien se había fugado y fue apresado en Formosa; y otros tres barras bravas, todos ellos de La 14, y todos de Villa Sapito. Pero tal vez lo más resonante fue la orden judicial de investigar a Nicolás Russo, por “falso testimonio y posible connivencia”.
Todo esto refiere al tiroteo del 26 de mayo de 2012, en la esquina de La Fortaleza -Arias y Guidi- y previo a un partido con All Boys, que dejó como saldo un muerto, Diego Sosa, y cinco heridos, todos de Monte Chingolo.
Al respecto señala hoy Gustavo Grabia, periodista experto en “barras bravas” y compañía: “Pero la Justicia fue más allá: en su sentencia, apoyada en el trabajo del fiscal de juicio, Sergio Anauti, desacreditó la posición de quien era presidente del club por entonces, Nicolás Russo, y abrió una investigación en su contra por posible falso testimonio y connivencia con los dueños de la popular. Lo que dejó offside a Russo, quien se lanzó a la política desde el Frente Renovador y fue electo concejal en octubre, fueron varios hechos y los testimonios de
los capos de la barra, que aceptaron tener gran relación con la dirigencia y la policía, y recibir entradas de protocolo. Lo que quedó probado ya que una de las víctimas tenía este tipo de localidades y otras se secuestraron en los allanamientos para dar con los asesinos. En su declaración, Russo negó conocer a los barras, las distintas facciones y sólo admitió que “conozco a un Diego, no sé su apodo ni apellido (le dicen Fanfi y es Goncebatte), al que los diarios marcan como líder. Pero ni sé si es socio. Llevo 24 años en Lanús y no tengo relación con esa gente, por lo que no puedo identificar a nadie”. Y sobre las entradas de protocolo, aseguró que daba 500 por partido a políticos y empresarios, no a hinchas. Pero los hechos y las palabras del resto lo desmintieron y lo complicaron a punto tal que el Tribunal fue durísimo con él. Pero la mira de la justicia no quedó ahí: Se mandó un oficio a la Municipalidad de Lanús para que explique por qué justo ese día no andaba la cámara de la esquina de la cancha y también se remitió el fallo a AFA y los organismos de Seguridad Deportiva para que evalúen la actitud de Lanús con respecto a su barra. Que, por lo visto, era de amor, aunque sin paz”.