por el contador Oscar López*
Reconociendo previamente que en el inicio de la actual gestión del intendente Díaz Pérez las tasas municipales registraban un retraso en sus importes, producto de varios años sin actualización, los aumentos registrados desde entonces superan más que holgadamente cualquier índice con el que queramos compararlo. Por ejemplo, el importe de la TSG por una vivienda en la mejor zona del partido sufrió un incremento del 461% desde el 2008; 240% desde el 2009; 172 % desde el 2010; 89% desde el 2011; 43 % desde el 2012 y 20% desde el 2013 respecto de lo que se abonará en 2014. Para un local minorista en la zona A1 el
importe de la TSG sufrió un incremento del 534% desde el 2008; 266% desde el 2009; 193 % desde el 2010; 103 % desde el 2011; 47 % desde el 2012 y 20% desde el 2013 respecto de lo que se abonará en 2014, pero si el intendente hiciera uso de las facultades votadas al respecto en su totalidad (índice corrector=2) los incrementos respecto de los mismos años serian aun mayores, de 1167%; 631%; 485%; 307%; 96% y 60% respectivamente.
En definitiva, no quiero ser hipócrita y deseo reflejar la realidad con los vecinos y lectores. Es necesaria la actualización de los importes de las tasas según los índices de inflación reales, por lo cual no comparto la práctica de que el opositor debe oponerse siempre al aumento de las tasas. Sin la actualización de las tasas que representan el 49% de los ingresos totales del municipio sería imposible mantener el pago de salarios, el nivel de las obras necesarias para el desarrollo de la ciudad, la prestación de servicios y los gastos de mantenimiento lógicos para un normal desenvolvimiento del municipio. ¿Pero, qué dicen los vecinos del cual somos sus representantes, acerca de los servicios prestados por el municipio? Que las calles están totalmente destruidas, hay zonas que verdaderamente parece Beirut después de un ataque; el servicio primario de la salud es casi inexistente; con la basura depositada varios días en distintas esquinas sin que se las retire y lo que es peor, sin sancionar a quienes la depositan, no vemos que la solución esté cerca; la inseguridad como flagelo que se vive a diario en las calles del municipio; vecinos que son asaltados a metros del edificio municipal. ¿Y las cámaras? Bien, gracias.
Hay una realidad que nos dice que este aumento puede ser mesurado en sus porcentajes (sin computar las facultades especiales al intendente, que no comparto en ninguna de sus variantes) pero también la otra realidad nos dice que no hay voluntad de cambio; no hay racionalización y ordenamiento de toda la administración municipal, con lo cual se podría aumentar aun menos ó hacer muchísimo mas con esos ingresos; no se contestan ninguno de los pedidos de informes presentados al Ejecutivo; no se dan explicaciones sobre los vergonzosos pagos de sobreprecios en las compras; no se ponen a disposición del vecino y/o del concejo los principales contratos de servicios del municipio.
Es mucho lo que falta para hacer, no es fácil pero el comienzo está en la voluntad de cambio, voluntad que no exhibe el ejecutivo como si estuviera aprobada su acción de gobierno. Por eso podemos decir que el oficialismo no está detrás de la mejora de la ciudad sino que busca la solución más fácil y práctica: pactar con cualquiera que le acerque el voto necesario en la coyuntura para seguir igual y buscar las excusas en el otro.
No hay peor sordo que el que no quiere oír.
(*) Concejal del GEN