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martes, 19 de noviembre de 2013

La semana en pocas palabras

Informe Económico Semanal del Banco Ciudad 

En una semana en la que las reservas continuaron con su tendencia decreciente, tras la liquidación de divisas de las cerealeras de la semana pasada, se conocieron datos de caída de los precios de exportación y deterioro de los términos del intercambio, que ponen bajo presión a la principal fuente de creación de divisas: el complejo agroindustrial.
Según datos oficiales, en el tercer trimestre los precios de exportación disminuyeron un 4,5% anual, mientras que los precios de los productos importados aumentaron un 5,4%. Como resultado, los términos del intercambio (los cuales miden la relación entre los precios de exportación e importación) verificaron una baja del 9%, restando “poder de compra” a las ventas externas. Estos datos asoman como punta de lanza de lo que se espera para 2014, con caídas promedio anuales en los precios internacionales del maíz (-21%), el trigo (-15%), el poroto (-9%) y el aceite de soja (-3%), según proyecciones del FMI.
Mirando la mitad del vaso vacio, la caída reciente y proyectada del precio de los productos que vendemos al resto del mundo requiere de un mayor esfuerzo en términos de crecimiento de las cantidades exportadas, como condición necesaria para poder sostener el nivel de importaciones. Con un menor crecimiento de la cosecha, retención de granos por parte de los productores y desaceleración de la demanda brasileña de manufacturas, las perspectivas para el 2014 no lucen del todo alentadoras.
Mirando la mitad llena del vaso, debe tenerse en cuenta que, a pesar de su caída, los términos
de intercambio continúan en niveles históricamente altos, ubicándose apenas un 5% por debajo del pico alcanzado en 2011 y todavía cercano a otros momentos de “oro” para los precios agrícolas, como el comienzo del siglo XX y la primera y tercera presidencia de Domingo Perón, en 1948 y 1973. En este sentido, el problema no es la foto, sino la película.
El balance de ambas miradas acerca del deterioro reciente de los términos del intercambio anticipa el escenario en el que se desenvolverá la economía argentina en 2014: un entorno externo más desafiante, en el que se dejará definitivamente atrás el “viento de cola” que permitió, hasta ahora, ir corriendo la restricción externa y postergar algunos ajustes. Sin llegar a transformarse estrictamente en “viento de frente”, este escenario claramente impondrá restricciones adicionales al atribulado manejo de la política económica.
Por otro lado, esta semana también se conocieron estimaciones oficiales y privadas de precios, las cuales señalan que la inflación continuó acelerándose, acercándose al 26% anual en octubre. El adelanto de IPC de la Ciudad de Buenos Aires arrojó un incremento del 2,2% mensual (30% anualizado), observándose la cuarta suba consecutiva superior al 2%, al igual que en el caso del IPC Congreso. Con estos datos, tanto el IPC de la Ciudad, como la estimación del Congreso, experimentaron un alza del 25,9% interanual, ubicándose un escalón arriba del registro de septiembre y de un año atrás (25%).
En los últimos meses, los precios de los bienes son los que muestran la mayor aceleración, acompañando la creciente pauta devaluatoria. A octubre, el tipo de cambio oficial contra el dólar acumula una suba del 18%, con una importante aceleración a partir de junio, a tasas mensuales anualizadas del 30%. En la misma línea, los precios de los bienes acumulan un incremento del 20% en los primeros 10 meses del año, con un alza mensual anualizada también del 30%, la cual logró ser parcialmente compensada por una desaceleración de los precios de los servicios, que pasaron de crecer a una tasa del 30% a fines de 2012 a otra del 20% anualizada en la recta final de 2013.
De esta combinación de mayores presiones sobre los precios de los bienes y una parcial desaceleración de los servicios, deriva el moderado pasaje (o pass-through) de la devaluación a la inflación doméstica. Al igual que en el caso del deterioro de los términos del intercambio, este último elemento también permite echar algo de luz sobre las perspectivas para 2014: la aceleración de la pauta devaluatoria ayuda a no agravar el atraso cambiario, pero a riesgo de estacionar la inflación un escalón por encima de la del corriente año.