Informe Económico Semanal del Banco Ciudad
En la última semana, las reservas profundizaron su tendencia declinante, acumulando una baja de más de USD 10.000 millones en el último año y de USD 19.000 millones desde su pico de inicios de 2011, previo a la imposición del cepo cambiario. En este marco, arreciaron los rumores sobre posibles medidas tendientes a morigerar la sangría de divisas, obligándose a las grandes cerealeras a financiarse en el exterior, ingresando dólares, y postergando (al menos momentáneamente) alguna medida destinada a frenar el drenaje vía turismo.La medida, al igual que las propuestas para intentar restaurar las relaciones con el sistema financiero internacional, está en línea con el abordaje que impulsa un ala del gobierno para moderar la pérdida de reservas internacionales, fundamentalmente, a través de una recomposición de la oferta de dólares, postergando (tanto como sea posible) dolorosas e impopulares medidas de racionalización de la demanda de divisas, por ejemplo, vía turismo.
La nueva normativa del Banco Central impuso un límite al financiamiento en pesos que los bancos pueden realizar a las grandes firmas exportadoras, el cual no podrá superar el 0,3% de la capacidad prestable de las entidades financieras (contra el 15% vigente hasta ahora). Para ello, la autoridad monetaria definió como grandes exportadoras a aquellas empresas que venden al exterior un 75% o más de su producción y tienen un stock de deuda de 200 millones de pesos.
La medida apunta a que en los próximos meses las cerealeras ingresen unos USD 2.000 millones, en reemplazo de créditos en pesos que hoy tienen con los bancos locales. De este
modo, se buscaría atacar dos problemas en forma simultánea. Por un lado, garantizar un ingreso de divisas en meses en los que estacionalmente entran pocos dólares de la exportación, tendiendo un “puente de plata” hasta que comience la liquidación de la nueva cosecha. Y por otro, a quitar presión sobre la demanda de crédito en pesos, que en los últimos meses venía creciendo a un ritmo superior al de los depósitos y presionaba sobre las tasas de interés del sistema financiero local.
Debe tenerse en cuenta que, desde mediados de año, las grandes exportadoras venían tomando créditos en pesos en reemplazo de las tradicionales prefinanciaciones de exportaciones en dólares, aprovechando el diferencial existente entre la tasa de interés pagada por esos créditos de corto plazo y la tasa de las “prefis” en dólares, a la cual debían sumar una acelerada tasa de devaluación, cercana al 30% anual.
Paralelamente, esta semana también se conocieron los datos de la recaudación tributaria de octubre, que resultaron peores a lo esperado, consolidando una desaceleración que ya lleva varios meses. En octubre, lo recaudado por la AFIP sumó $74.300 millones, con un incremento interanual del 23,6%, inferior al alcanzado en septiembre (25,2%) y al acumulado en lo que va de 2013 (27,3%). Con esto, la recaudación tributaria pasó a mostrar una contracción en términos reales, que acentúa la tendencia que había comenzado a insinuarse en los dos meses previos, en los que los recursos tributarios permanecieron virtualmente estancados, descontando los efectos de la inflación.
Esta debilidad de la recaudación plantea un escenario en el que se requerirá de una mayor emisión monetaria para asistir financieramente al fisco sobre el tramo final del año, particularmente en diciembre, cuando se suman pagos importantes como el medio aguinaldo. Esta inyección de pesos sería otro elemento que ayudaría a poner paños fríos sobre la acelerada suba que venían registrando las tasas de interés, tanto de los depósitos, como de los créditos.