por Felix Wul*
Como era de esperarse, más temprano que tarde, la situación de la salud pública, emergió a la consideración de los ciudadanos. El plan de lucha llevado adelante por la CICOP, el sindicato de los profesionales de los hospitales por un lado y ATE por el otro, es la palmaria demostración de la descripción que había realizado en el artículo anterior. El dato nuevo que tengo para presentar es que el presupuesto de salud 2014, será el 6,77% del general de la provincia de Buenos Aires.No hay que ser un oráculo para predecir un agravamiento en las condiciones sanitarias de la población y de los hospitales.
Como no basta ser un mero espectador de los acontecimientos, ya que nos afecta a cada uno de nosotros, el proponer qué hacer es un debate que debemos dar.
Como comenté hace unas semanas, este es el año del ajuste, que se traduce por más impuestos, más devaluación, tarifazos, más atraso salarial, más precarización laboral, desocupación, etcétera.
Los gremios estatales han planteado esta situación y reclaman un doble aguinaldo, desprecarización, cumplimiento de los acuerdos previos, aumento del presupuesto de salud y educación.
Pero esto puede terminar como un saludo a la bandera, si no se plantea un plan de lucha progresivo de todos los gremios estatales hasta conseguir estos reclamos, que tiene un doble objetivo: como trabajadores, mejorar las condiciones de trabajos, como pacientes, mejorar las condiciones sanitarias.
Por el otro lado, hay miles de ciudadanos que se organizan para reclamar por las miserables
condiciones sanitarias: la contaminación ambiental, la amenaza de cierre de servicios hospitalarios en La Plata, la situación del Posadas, el deterioro de las salitas municipales, la falta de drogas oncológicas.
Aquí, en Lanús, un grupo de profesionales, pacientes y familiares hicimos esa experiencia con el reclamo de medicación oncológica, perversamente retenida por decisión del gobierno de Scioli durante 2 meses, sin importar los que murieran, sólo con la decisión de no gastar el presupuesto.
Y también nos dimos cuenta que la pelea por la provisión de drogas continúa porque continúa el mismo objetivo. O sea que no fue un olvido, negligencia, o responsabilidad de un funcionario (entre paréntesis ninguno fue echado, los mismos responsables continúan en funciones). Fue y sigue siendo una política de estado.
Ante esta realidad, la conclusión es que pelear por un aspecto de esta política genocida nos lleva a un callejón sin salida. Que lo que tenemos que terminar es con esta política de que la crisis la pagan los trabajadores, como lo vivimos 14 años atrás. Mientras que a los que tienen el poder, los pesifican, los subsidian o los eximen de impuestos.
Por eso vuelvo a proponer que, todos aquellos que estamos involucrados en la lucha por una salud mejor, tanto en la contaminación, el funcionamiento de las salitas, la pelea por drogas oncológicas, etc., debemos unir nuestras fuerzas y objetivos, junto a los trabajadores de la salud, para organizarnos y discutir, democráticamente, cómo terminamos con este sufrimiento permanente que significa la atención de la salud pública.
Hay 600.000 bonaerenses que se pronunciaron contra el ajuste al votar al Frente de Izquierda. Sólo tenemos que decidirnos a salir a la calle y buscarlos para que se unan a esta batalla.
(*) Oncólogo de Lanús y dirigente del PO