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domingo, 3 de noviembre de 2013

Cuando el lobo cuida las ovejas

por Lisandro Martinez*

lisandromartinez47@yahoo.com.ar

En agosto cuando el gobierno ya había recibido su primera paliza electoral, entendió que debía producir algún shock mediático y frente a la inseguridad que se desprende de su política social decidió intoxicar la vida pública del conurbano bonaerense, colocando una masa de 4000 gendarmes y 400 policías federales para combatir el delito. Un dato a no perder de vista es que siempre los ejércitos de ocupación terminan produciendo violaciones y desmanes de toda índole que provocan las explosiones populares más violentas. 
El anuncio de esta medida inconducente fue hecho en la escuela de oficiales de Gendarmería Nacional, Martín Manuel de Güemes, por el gobernador de la Provincia, Daniel Scioli y los ministros de Seguridad, Arturo Puricelli, de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal y el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, a quienes acompañó el entonces candidato Martín Insaurralde para ver si mostrando su perfil más retrogrado podía rasguñar alguna porción de votos. Tañir la cuerda de la derechización en lugar de generar más votos al FpV lo hundió, haciendo más amplia la diferencia de 6 a 13% a favor del clerical Massa.
Según los especialistas el narcotráfico es el motor principal de los delitos en el país y el ciudadano común por mayoría entiende que el primer factor de la inseguridad es la droga. Para mayor ilustración sobre la enorme masa de dinero que manejan para corromper al funcionariado predispuesto basta señalar que www.cadena3.com informó el 10/4/2013 que un narcotraficante cordobés capturado tenía una mansión de u$s 5 millones en Villa Carlos Paz.
Es difícil combatir este delito que liquida las bases sociales si no es movilizando a la
ciudadanía para que forme parte de la cruzada. Impresiona la estolidez estructural sumada a la impunidad oficial, ya que si es verdad que hay 5476 narcos detenidos en los últimos meses ¿Cuál es la razón para que nunca se conozcan en los medios, fotos ni datos filiatorios de esos delincuentes? Por el contrario sus rostros fotografiados son protegidos con bandas negras ¿No será acaso para que como sucede con el soldado que huye, sirve para estar en otra guerra? Además los detenidos (“la banda”) nunca tienen conexiones sociales con nadie ¿No es raro o al menos sospechoso? 
La brutalidad del comportamiento medieval que se recibe en las comisarías se profundiza con el acoso a que se somete a los jóvenes desocupados de los barrios para que se integren al circuito delictivo que tiene ya infinidad de víctimas.   
En José León Suárez el 30/10/2013 los vecinos atacaron la comisaría del lugar quemando 20 vehículos, varias motos, etc., porque en la Villa La Cárcova los narcos asesinaron a Enzo Ledesma de 13 años. El comisario acusado de complicidad con los asesinos anunció que el chico murió apuñalado pero la autopsia determinó que fueron dos balazos los que le provocaron la muerte. La pared de la comisaría se ganó esta leyenda: “Protegen a los narcos”. 
La Cárcova ha sufrido otras víctimas del accionar delictivo; en febrero de 2011 la policía mató a los adolescentes Franco Almirón y Mauricio Ramos. Meses atrás Ivonne Eloy, de 10 años, murió por un balazo de los “dealers” de José León Suárez.
En 2011, el gobernador Scioli intervino la comisaría del lugar ¿y ahora qué medida tomará, la demolerá? 
En el partido de San Martín, como en tantos otros distritos, hay una zona liberada. “Las policías de Santa Fe y Córdoba tienen conexiones con el tráfico” (La Nación 2/11/2013). 
En Mayo de este año frente a la comisaría 15ª en Rosario se congregó un grupo de personas para denunciar que las autoridades policiales brindan protección a los delincuentes (www.lacapital.com.ar 23/5/2013).
En septiembre en Misiones, la policía persiguió al motociclista Sebastián Gómez de 20 años quien perdió la estabilidad y fue golpeado hasta que murió. Los vecinos atacaron la comisaría de Jardín y hubo 14 detenidos. El padre de Sebastián dijo: “Cuando estábamos en el hospital aparecieron varios testigos que dijeron que a mi hijo le pegaron. Ahí empecé a dudar, y cuando más de diez personas se ofrecieron a dar testimonio y después declararon sin problemas, no me quedaron sospechas” (www.territoriodigital.com 21/9/2013).
           También en setiembre hubo graves incidentes frente a la comisaría 49 de Villa Urquiza en CABA; vecinos incendiaron y atacaron patrulleros tras denunciar un caso de gatillo fácil en el que un policía le disparó a la cabeza a Eric Milton Ponce, de 29 años, quien fue internado en grave estado en el hospital Pirovano donde lo operaron. 
Con su cinismo característico el Secretario de “Seguridad” Sergio Berni aseguró que el asesino no era de la Policía Federal, mientras del gobierno de Macri con la misma desfachatez dijeron que el delincuente que hirió al joven no era de la Metropolitana (www.laprensa.com.ar 30/9/2013).
El 28/10/2013 en Villa Celina, La Matanza, se enfrentaron los vecinos con la policía tras la muerte de un joven asaltado por 4 policías. Después que varios efectivos se enfrentaran con manifestantes, Hugo Matzkin, jefe de la policía bonaerense, decidió ante la bronca popular remover la cúpula de la comisaría encubridora de los 4 criminales. El asesinato de José Barrientos de 23 años fue producto de un asalto a su vivienda la noche del 27 de octubre (Télam) (www.lanueva.com 28/10/2013)
  El 29/10/2013 vecinos de San Esteban-Capilla del Monte, Córdoba, protagonizaron una pueblada por el asesinato de Jorge Reyna de 17 años “suicidado” por la policía dentro de un calabozo. La muerte del pibe originó masivas marchas en esa ciudad del valle de  Punilla y llevó a la Justicia a relevar a 3 efectivos para ser investigados (www.diaadia.com.ar 29/10/2013).
¿El ataque a las comisarías se ha convertido en un deporte nacional del vecindario?
¿O es una expresión radicalizada de la respuesta popular por la brutalidad y complicidad policial con los hampones?
Hay sectores de la policía que denuncian que el poder político se lleva el 90% de lo que se recauda ilícitamente en las comisarías, mostrando el nivel de descomposición del régimen.
La elección y revocabilidad de jueces y comisarios contribuirían junto a la movilización popular a resolver el problema. Poner las comisarías y los libros de guardia bajo el control vecinal es una medida civilizatoria en la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada por los capitalistas. 
(*) Del Partido Obrero