por Alejandro Chitrangulo
Llegó la primavera, los días más cálidos se prestan para realizar actividades al aire libre y por que no practicar algún ejercicio físico. Diez minutos de ejercicio intenso son suficientes para producir cambios metabólicos que pueden durar al menos una hora.A esta conclusión ha llegado un equipo de investigadores estadounidenses que, tras realizar una serie de experimentos con 70 sujetos sanos, descubrieron más de 20 moléculas o metabolitos cuyos niveles cambian mientras las personas se ejercitan. Estos compuestos naturales pueden llevar a quemar calorías o grasas, además de mejorar el control del azúcar en la sangre.
Los resultados no son definitivos, ya que el campo de estudio es bastante complicado, pero apoyan los consejos de que incluso los periodos cortos de ejercicio son buenos para la salud. “Diez minutos de ejercicio tienen al menos una hora de efecto en tu cuerpo”, explica Robert Gerszten, del Hospital General de Massachusetts.
El estudio revela, además, que en las personas con mejor condición física el ejercicio tiene más efecto. Esto se debe a la diferencia entre los metabolitos de las personas más entrenadas frente a las menos entrenadas que les hace, entre otras cosas, quemar más grasa.
Ejercicio bueno para el cerebro
Desde hace tiempo se conoce que el ejercicio es beneficioso para el cerebro. Pero hasta ahora no estaba claro a qué se debía. Investigadores estadounidenses aseguran haber desvelado la incógnita tras identificar una molécula llamada irisina que se produce en el cerebro cuando practicamos un ejercicio físico de resistencia y que tiene efectos
neuroprotectores, según publican en la revista Cell Metabolism.
En sus experimentos, Bruce Spiegelman, y sus colegas del Instituto del Cáncer Dana-Farber y la Universidad de Harvard detectaron que una molécula llamada FNDC5 y su producto derivado, irisina, se elevan por la práctica de ejercicio de resistencia en el cerebro y aumentan la expresión de un factor de crecimiento llamado factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) que mejora la función cognitiva y disminuye los síntomas de las enfermedades neurológicas. Además, aumentando artificialmente los niveles de irisina en la sangre lograron activar los genes que participan en el aprendizaje y la memoria.
”Nuestros resultados indican que FNDC5/irisina tiene la capacidad de controlar una vía neuroprotectora muy importante en el cerebro”, explica Spiegelman. Los investigadores planean trabajar en el desarrollo de una forma estable de la proteína irisina que se pueda inyectar a los ratones y lograr, de ese modo, aumentar las vías de lucha contra la degeneración natural del cerebro y prevenir el alzhéimer, la depresión y otros trastornos.
Algunos mitos
“El músculo se convierte en grasa si dejas de practicar ejercicio”
Falso. Brian Udermann , actualmente investigador en el Departamento de Ciencias del Deporte de la Universidad de Wisconsin-La Crosse (EE UU), ha llegado a la conclusión de que una de las ideas equivocadas más extendidas es que cuando dejamos de hacer ejercicio el músculo se convierte en grasa. Lo que sí hace el ejercicio físico asiduo es ordenar a las células madre que se transformen en hueso en lugar de formar grasa, según sacó a relucir un reciente estudio de la Universidad McMaster. Y puesto que en la médula del hueso se forman las células sanguíneas, ejercitarnos aumenta el número de glóbulos rojos que circulan por nuestras arterias llevando oxígeno y nutrientes a todos los tejidos. Por el contrario, llevando una vida sedentaria la médula ósea se llena de grasa y es más fácil padecer anemia.
”Las mañanas son el mejor momento para hacer ejercicio porque se queman más calorías”
Según Udermann, quemamos exactamente el mismo número de calorías a las 5 de la mañana y a las 5 de la tarde; es más, el rendimiento físico suele verse reducido por la mañana porque la temperatura corporal está en su momento más bajo y los niveles de vitalidad y energía también. No obstante, algunos estudios sugieren que a esas horas sí podríamos quemar más grasa.
”Hacer deporte aumenta el apetito”
Más bien al contrario: lo reduce. Estudios recientes revelan que correr aumenta la sensibilidad a la leptina, una hormona que liberan las células grasas avisando de que ha llegado el momento de dejar de comer. Además, el ejercicio físico aumenta la cantidad de amilina en sangre, que minimiza la sensación de hambre.
“El dolor muscular post ejercicio desaparece bebiendo agua con azúcar”
Es otro falso mito. Según explicaba Udermann, “las agujetas que aparecen después de hacer deporte se deben a un daño muscular a nivel microscópico, y no a la formación del ácido láctico, como mucha gente cree; por lo tanto, tampoco es cierto que desaparezcan bebiendo agua con azúcar”. Según ha comprobado el investigador, solo hay dos cosas que parecen prevenir mínimamente las agujetas: los estiramientos suaves y practicar actividad física ligera tras un ejercicio intenso, por ejemplo dando un paseo