Páginas

miércoles, 16 de octubre de 2013

La semana en pocas palabras

Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

Las tasas de interés se siguen moviendo al alza, a un ritmo pausado pero firme, que las ubica en niveles no alcanzados desde las elecciones presidenciales de 2011. La tasa Badlar privada (que pagan los bancos por depósitos a plazo fijo mayoristas) orilló en las últimas jornadas el 19%, marcando un alza de casi 1 punto porcentual en el último mes, y de 4 puntos con relación a un año atrás, sin señales de haber alcanzado un techo.
El derrotero alcista de las tasas de interés acompaña la disminución de la liquidez de las entidades financieras, a partir de un incremento de los préstamos superior al de los depósitos (38% vs 34% anual). Si bien las entidades siguen contando con holgados márgenes de liquidez (equivalentes al 32% de sus depósitos), el mayor crecimiento de las financiaciones respecto de su fondeo las obliga a competir y pagar una mayor tasa por sus depósitos, de manera de poder continuar aumentando el volumen del negocio.
Este moderado crecimiento de los depósitos y la suba de las tasas de interés se da en un marco de menor emisión de pesos (menor liquidez), tal cual se desprende de la desaceleración de la Base Monetaria, que exhibió en septiembre un aumento interanual del 26%, sensiblemente inferior al 40% de fines de 2012.
La menor emisión no responde a una menor asistencia financiera al Tesoro (que en 2013 duplica la del 2012), sino a la venta neta de divisas y pérdida de reservas del Banco Central, reflejo del fracaso de las restricciones cambiarias. Mientras que en años anteriores el Banco Central compraba divisas en el mercado (a cambio de pesos), para realizar pagos de deuda
pública en dólares, en 2013 ha pasado a ser un vendedor neto de divisas. A la caída del superávit comercial derivada del creciente déficit energético y automotriz, se agregan la pérdida de dólares por turismo y la cancelación de financiaciones de empresas con el exterior, sin ingresos de divisas que lo compensen. Esto explica el interés del gobierno por cancelar pasivos con el CIADI y destrabar créditos con organismos multilaterales que garanticen el ingreso de fondos frescos del exterior, aunque con las reservas cayendo USD 10.000 millones en el último año y casi USD 2.000 millones en el último mes, los USD 3.000 millones del Banco Mundial, repartidos en 3 años, no cambian en nada la tendencia.
Pese a esta menor liquidez sistémica y desaceleración de los depósitos, el crédito al sector privado continua creciendo con fuerza, liderado por los préstamos prendarios (46% anual), fruto de un adelantamiento del consumo de bienes durables (autos importados) y las financiaciones de maquinarias a tasas reguladas por el Banco Central, junto con el descuento de documentos de empresas (56% anual), en un marco de estiramiento de la cadena de pagos. Asimismo, las financiaciones con tarjetas de crédito (40%) y préstamos personales (31%) se ven impulsados por un adelantamiento de consumos y viajes al exterior, siendo los créditos hipotecarios los que exhiben el crecimiento más pausado (28%).
Siendo la bancaria una de las industrias más dinámicas y rentables de los últimos años, el desafío del sector pasa por sostener su crecimiento, lo cual indica que el escenario de mayores tasas de interés llegó para quedarse. En primer lugar, porque los bancos están compitiendo por la captación de depósitos de manera de mantener aceitado un fondeo que demanda cada vez más tasa. Hoy, los depósitos a la vista crecen a un ritmo inferior al de los depósitos a plazo (27% vs 41% anual), en la medida que los saldos de las cuentas sueldo tienden a caer con rapidez ante la pérdida de poder adquisitivo del salario, a la vez que las familias de mayores ingresos, y también las empresas, procuran colocar sus excedentes de liquidez en depósitos a plazo, a cambio de mayores tasas.
En segundo lugar, el mayor costo del fondeo de los bancos se ha trasladado sólo parcialmente a las tasas de interés cobradas por los préstamos, lo cual anticipa un futuro encarecimiento de las financiaciones (a lo que se sumará el efecto de las nuevas regulaciones que restringen el cobro de comisiones bancarias, las cuales venían representando cerca de un cuarto del resultado operativo de los bancos y seguramente serán compensadas con mayores tasas).