por Alicia Garcia*
Escucho mucho hablar de lo políticamente correcto y a pesar de tener muchos años de militancia, me cuesta mucho asumir que dicha frase significa echar por borda lo que realmente es importante para la gente.
Tengo el privilegio de asistir en su tarea al concejal Salvador Baratta quien precisamente siempre es acusado de no ser políticamente correcto hecho que lo pone continuamente en una situación que irrita a quienes tienen como premisa su bienestar personal a través de la política.
Tener convicciones claras está mal visto por algunos concejales, gracias a dios no son todos, pero lamentablemente son la mayoría.
Saber cuál es tu función en una banca no te permite ser necio y desconocer o negar una realidad como lo es por ejemplo la falta de medicación para los enfermos oncológicos al margen de los momentos políticos, al margen de tu identidad política porque es una situación extrema que no espera a una elección, no espera un voto, es vida o es muerte, así de simple y así de importante y urgente.
Cuando un concejal como Montero, tiene el tupé de ningunear a una persona que hizo lo que él como oficialista debería haber hecho, claro, no es correcto políticamente tomarse su tiempo personal para ayudar a los demás como lo hizo Hernán Colombo Russell, no es correcto decir que su intendente ignora a los pacientes oncológicos, no es correcto asistir a gente sin fines de lucro, no es correcto decir la verdad.
Escuché también a una señora concejal hablar de la violencia y todo el piripipí en contra de Baratta, pero por años es testigo del maltrato violento hacia la concejal La Rosa por parte de Montero y ella se calla la boca porque obviamente no es políticamente correcto criticar a un
compañero de su propio bloque. ¿Entonces de qué hablamos? Y ahí no puedo dejar de acordarme de un dicho de mi padre: –Según el c... son los azotes.
Los que día a día trabajamos con el concejal Baratta tenemos el orgullo de ser sus asistentes, sus asesores o como mejor les guste llamarnos y aunque la concejal Mabel Gagino hable despectivamente sobre nuestra función, le cuento que desde nuestro bloque no miramos ni preguntamos a qué partido pertenecen las personas que llegan a nosotros, son vecinos y nos basta con eso porque nos debemos a ellos.
Sería una gran pena que el pueblo de Lanús algún día pierda a aquellos que han elegido ocupar un lugar para ayudar a las personas sin ambiciones personales y sigamos entregando nuestro destino a quienes no tienen reparo en decir que haciendo esta clase de política hipócrita e interesada les ha ido muy bien en la vida.
(*) Asistente del edil Salvador Baratta