por Lisandro Martinez*
lisandromartinez47@yahoo.com.arDesde el 2003 el gobierno de los K desenvolvió un negocio ilegal mediante la apropiación de subsidios estatales, cuya financiación son impuestos que pagan los trabajadores o créditos internacionales que termina pagando el mismo sector. Las claves del pasamano de millones de u$s del Tesoro Nacional al bolsillo de particulares montado por el PEN, ministros, empresarios como Roggio, Macri, Romero y Cirigliano, acompañados por los sindicatos, fueron y son la facturación apócrifa, la sobrefacturación de compra de material rodante obsoleto, las obras malas y caras en vías y estaciones, la inseguridad del funcionamiento del servicio desinvirtiendo en mantenimiento; así se han sucedido en 10 años de gestión kirchnerista diversos accidentes con personas mutiladas y fallecidas, la masacre de Once con 51 víctimas mortales y tras cartón la de Castelar con otra docena de muertos y discapacitados.
La vehemencia criminal y el empeño para que no dejara de fluir el dinero de los subsidios llevó a la Directiva de la Unión Ferroviaria a emboscar a tercerizados que reclamaban igual salario que quienes hacían en el ferrocarril el mismo trabajo y el pase a planta permanente. La Emboscada de Barracas se diseñó en las entrañas del poder político poniendo a los servicios de inteligencia, a la policía federal y a la bonaerense a disposición del operativo criminal, al propio Ministro de Justicia presentando un testigo falso y a un perito destruyendo pruebas. Esta impronta delictiva sólo puede justificarla la enorme cifra de dinero en juego. Que el Estado a través de sus ministros, funcionarios, empresarios y la UF establezcan un plan de disciplinamiento con utilización de armas de alto calibre y métodos de guerra civil sólo puede
entenderse por la voraz avaricia que colocó al alto funcionariado en la tarea meticulosa de apropiarse de una sustancial porción del Tesoro Nacional en provecho propio.
Hace 4 meses “la Coordinadora de Tercerizados de todas las líneas ferroviarias” inició un reclamo ante el Ministerio de Trabajo por la reincorporación de 200 despedidos en sur, norte y oeste. Son trabajadores de Herso, Ferromel, Comsa-Iecsa, Sogecic, Hunter, CI5, Rottio, Segmar, TIL SA, Scar, Copimex, Millenium, Cooperativa Ferroviaria Oeste y otras. El despido es una práctica habitual de las empresas tercerizadas que aún operan en los ferrocarriles para que el personal se mantenga en situación de inestabilidad laboral, cobrando la mitad que un trabajador de planta y sufriendo traslados arbitrarios y maltratos cotidianos. Ahora se suma la persecución gremial de quienes se han organizado para reclamar.
Las demandas incluyen la equiparación salarial inmediata que ya obtuvieron los compañeros de Hunter hace 2 años cuando más de 3.000 tercerizados pasaron a planta tras la movilización masiva por el asesinato de Mariano Ferreyra, y un cronograma de pase a planta para todos. Hace dos años también, los compañeros de Comsa-Iecsa de la línea Sarmiento obtuvieron un acta de traspaso que nunca se ejecutó, por lo cual decenas de ellos fueron despedidos durante este período. A partir del resultado de esas maniobras dilatorias, en el grueso de los tercerizados organizados en la Coordinadora está la convicción de que estas conquistas sólo se obtienen luchando hasta el último ingreso.
La tercerización laboral no sería posible si no contara con la complicidad de la conducción gremial de la Unión Ferroviaria, ante la cual reclamaron muchas veces los trabajadores precarizados sin resultados. También está la acción pérfida de otros sindicatos como la Uocra, que amenazan y aprietan con patotas a quienes se organizan.
La Coordinadora de Tercerizados Ferroviarios se ha movilizado varias veces al Ministerio, hizo actos en Retiro, Plaza Constitución y Once y realizó bloqueos de boleterías para llamar la atención de los usuarios y de los medios sobre el problema.
El 29/8 una extraordinaria asamblea de 300 tercerizados votó un plan de lucha que señalaba entre otras medidas la interrupción del servicio ferroviario el 5/9, si no se avanzaba en la audiencia del 2/9 en el Ministerio.
La acción fue producto de la intransigencia del Ministerio que no vela por la aplicación de la norma constitucional “igual trabajo, igual salario”. La indiferencia que el Ministerio de Trabajo mantuvo hasta el presente frente a los reclamos es parte de la relación mafiosa del Ministro Tomada con el asesino Pedraza cuando aconsejó telefónicamente a éste “hacerles la cabeza” a los obreros que entraban a planta.
“La Coordinadora de Tercerizados Ferroviarios” presentó al Ministerio una lista de 200 despedidos. Hasta el anuncio del corte de vías, el Ministerio no había procedido siquiera a convocar a las empresas responsables de los despidos, a pesar que el jefe de gabinete de la cartera, Norberto Ciaravino y la asesora Inés Zanoni asumieron varias veces ese compromiso.
El 5/9 durante 3 hs., 350 ferroviarios tercerizados se colocaron cara a cara con un fuerte cordón de la Gendarmería, con perros e hidrantes, que custodiaba las vías del ferrocarril Mitre a la altura de la estación San Isidro, en la barrera de la calle Belgrano. Otros grupos de gendarmes se habían instalado en las cercanías por si finalmente había orden de reprimir a los trabajadores.
Los medios de comunicación informaron en cadena nacional que en el ferrocarril hay otra vez 2.000 tercerizados. El Ministerio de Trabajo imploró telefónicamente a los dirigentes de la Coordinadora que levantaran el asedio a las vías para reunirse con esa cartera y darle una solución definitiva al problema. Los compañeros antes de retirarse de San Isidro hicieron saber por los medios que si no se reincorporaba a los 200 despedidos y se armaba un cronograma extendido en el tiempo de pase a planta permanente, se volverían a cortar las vías sin previo aviso.
Otra vez el Ministerio de Trabajo -ahora con la orientación de Randazzo, el de la patética “revolución ferroviaria”- incumplió y decidió no avanzar en ninguno de los reclamos continuando con el eterno bicicleteo.
A esta altura parece que los expropiadores del erario público quieren que la crisis política desatada por la lucha obrera se profundice para denunciar algún farsesco “golpe destituyente” que recoloque a los K, frente a un pueblo trabajador que está abandonando en masa la tienda de los malversadores de subsidios.
Votar por el Frente de Izquierda es darle perspectiva a estas luchas ante la devaluacionista propuesta programática del oficialismo y la oposición.
(*) Candidato a concejal PO/FIT