En las próximas horas puede estallar en el ámbito municipal un escándalo más digno de Intrusos que de La Defensa, porque se mezcla el poder con problemas de alcoba.
La Defensa en los últimos días puso en evidencia los desaguisados que están sucediendo en el área de Políticas Sociales del municipio: Las bicicletas y los metegoles; el escape de gas en ese organismo de Melo 1665, donde los cables eléctricos están sueltos; con baños con agujeros en los techos, exponiendo a la vista de todo el mundo a quienes lo usan.
A raíz de esto se desató una verdadera caza de brujas por parte de la directora Graciela Gonzalez -la mamá de Leo Gonzalez el subsecretario- que persigue y castiga a los empleados que ella cree que dan información a La Defensa.
Impensablemente, a raíz de estos episodios persecutorios podría estallar un escándalo digno de una telenovela bolivariana, dejaron trascender desde ese ámbito.
La Defensa nunca publicó escándalos de alcoba por tratarse de cuestiones netamente privadas. Pero ahora hay una verdadera “alarma de tormenta”, que si se llega a concretar puede afectar muy seriamente la vida institucional del municipio de Lanús. “Aquí se está disfrazando de cuestiones laborales y hasta persecución política algo que en realidad es un viejo rencor por despecho de alguien que abusa del poder que ostenta hoy, y hace pesar todo su rencor y malicia sobre una sencilla y simple empleada municipal”, dice una fuente a la que el propio cronista le pide moderación. “Al parecer ambas mujeres supieron tener un amor en común y ahora está a punto de estallar a la luz pública un escándalo porque una de ellas, en papel de Cenicienta, siente que es víctima de la venganza de la poderosa”, opina un tercero.
Esta lucha desigual de poderes “puede llegar a desatar en Lanús, la Guerra de Arauco cuyo desenlace es el asesinato del indio Lautaro en su ruca...”, decía enigmáticamente la fuente mientras canturreaba Casiopea, de Silvio Rodríguez.