lunes, 2 de septiembre de 2013

Los carros y los melones

por Marcelo Calvente

marcelocalvente@gmail.com

Podemos pensar este Torneo Inicial como un corto camino de 19 postas recorrido por un carro con 20 melones, los 20 equipos participantes, melones de diferente calidad y valía, que a medida que el carro avanza se van a acomodando cada uno en el lugar que en realidad le corresponde. Estamos en medio de la 5ª parada, y algunos de los supuestamente mejores melones se van hundiendo casi sin remedio en el fondo del carro: Racing, Belgrano, River, Vélez, que pintaban para estar arriba. Sin embargo son otros los melones que acompañan a Newell’s en la cima: Gimnasia, Colón, Argentinos, Estudiantes, Quilmes y Arsenal no soñaban con tanto. Los últimos traqueteos del fin de semana han acomodado un poco mejor a Boca y San Lorenzo. Para acompañarlos, para escapar del pelotón de los que se van quedando sin esperanzas, Lanús tiene que ganarle a Olimpo, algo que sería más que lógico dado las enormes diferencias potenciales entre uno y otro equipo. Pero esto es el fútbol argentino, y por eso mismo, hoy Lanús tiene una importante y difícil final contra Olimpo, a quien debe ganarle sí o sí, que no es más una final contra sí mismo. De su capacidad para aprovechar el mayor potencial, si es posible, logrando una identidad en el juego. .
La victoria ente Racing del jueves pasado por la Copa Sudamericana también fue una final en
la que las diferencias entre ambos, también ampliamente favorables para el equipo de Guillermo Barros Schelloto, pronto quedaron plasmadas en el terreno de juego. Lanús ganó con absoluta justicia, terminó dominando con gran comodidad ante un rival en crisis, que después del segundo gol de Izquierdoz terminó perdiendo los estribos y dos hombres, y se entregó mansamente a una goleada en contra que no fue, porque apareció la figura de su arquero Saja para salvar los papeles. La victoria granate trajo alivio y disipó algunos fantasmas, pero es evidente que no se está jugando bien, que el poder de gol está, pero el de juego sigue ausente: Equipo con grandes figuras pero equipo largo, partido entre líneas, de pases verticales y a dividir, escaso de sorpresa y creatividad para el armado de juego ofensivo. No obstante, Lanús tiene un plantel repleto de grandes futbolistas: El arquero y los cuatro del fondo, Silva y Acosta adelante, la potencia del Cali Izquierdoz en el área rival, no solo en el juego aéreo, también con mucha perspicacia para estar en el lugar donde la jugada se va a definir y dar el último toque, a pasos agigantados va superando su tosquedad natural que casi lo margina del fútbol grande cuando pasó a Atlanta, pocos en su situación de entonces vuelven a ser de primera, y el Cali lo logró. No es difícil imaginarlo como caudillo y figura del equipo granate que levante las próximas Copas, entre ellas la segunda conquista internacional de su historia, algo que pronto debería suceder.
El mellizo empezó su carrera con entrenador en el club ideal, el más sólido y ordenado de todos los que compiten en primera, el mayor productor y vendedor de jóvenes figuras –Salvio, Blanco, Valeri, Fritzler, Pizarro y Silvio Romero, que se terminó de formar aquí, fueron las últimas- y un renovado animador de los alicaídos y flacos mercados de pases de nuestro país, donde se cotizan mucho más los nombres y la historia personal de los jugadores, por encima de su presente y su vigencia. La inestabilidad política y el deterioro económico e institucional es la constante en la mayoría de los clubes argentinos, que tratan de incorporar nombres más para conformar a la afición que para conformar un equipo en serio, eso explica en parte el tenor de las sorpresas al cabo de esta quinta fecha, es decir el primer cuarto de torneo disputado. 
Boca y San Lorenzo, con sus victorias, superando algunas dudas, volvieron a jugar bien y se encaminan a prenderse. Vélez y River, sus derrotados respectivos, y el insólitamente confundido Racing empiezan a despedirse del sueño de campeón. Para cerrar la fecha, Olimpo será el obstáculo que debe superar Lanús en La Fortaleza. La victoria lo suma a los que sueñan. El empate y una impensable derrota lo mandan al fondo del carro. Ha quedado muy claro que la disparidad que se insinuaba al principio del torneo no se refleja en la tabla de posiciones. El que encontró el equipo arriba, el que duda, de la mitad para abajo. El resultado ante Olimpo define adonde va Lanús. 
La búsqueda de Guillermo es encontrar el medio campo ideal. Sin Silvio Romero, quien acaba de partir al fútbol francés, ya no está “obligado” a jugar con tres delanteros. Pero cuando prueba con dos y un enganche, el Pochi Chávez exhibe su pobre nivel, tan bajo que cuesta creer sea el máximo que puede dar. Guillermo tiene que decidir entre probar con Barrientos, que no rindió cuando jugó como volante de recuperación pero no desentonó cuando jugó suelto, o poner a Melano, otro que lo poco que jugó lo hizo a la altura de lo esperado, para armar un tridente ofensivo con Silva y Acosta. La vuelta de Ortiz, tal vez para la octava fecha, le dará una tercera opción: la chance de armar una línea de cuatro volantes, sin enganche, con Ortiz como un doble cinco adelantado, con el Pulpito por derecha y Ayala por izquierda, y Somoza como volante central, sus últimas actuaciones y su buen panorama para limpiar el juego han mejorado notoriamente, y con él en cancha Lanús fue más claro en lo que respecta a la circulación del balón. Por ahora debe optar sin poder contar con Ortiz.  
Ante Olimpo no importa tanto jugar bien como ganar. El próximo compromiso es otra vez ante Racing en Avellaneda, no hay motivos para pensar que la clara superioridad granate exhibida en los recientes choques internacionales entre ambos no vuelva a imponerse con holgura. El fútbol bien jugado tarde o temprano aparecerá. Ganar estos dos partidos e ir corrigiendo errores tácticos y desacoples colectivos resulta indispensable para que cuando eso ocurra, para Lanús no sea demasiado tarde.