Desarraigados de sus hogares, desafectados de los sitios a los que naturalmente deben vigilar -se supone que en las zonas fronterizas- así vivían y dormían hasta ayer los que vienen a cuidar al vecino de Lanús.
Pero ahora las cosas empeoraron porque llegaron más efectivos y los alojaron en estos containners, más parecidos a tachos de basura que a alojamientos para seres humanos, que instalaron en el campo de deportes del Parque Eva Perón, donde ahora no se puede ingresar con autos sino hasta metros de la entrada.
En estas horas recién les estaban instalando a los gendarmes la luz eléctrica.
Así viven los gendarmes en Lanús: una parte tirados en el piso en el Club 1º de Mayo, y la otra en contenedores.
Entretanto, Lanús se parece a una ciudad siria tomada por las tropas de un tirano.