por Marcelo Caliente
marcelocalvente@gmail.comEn el arranque del Torneo Inicial, Lanús tuvo una parada difícil ante Belgrano de Córdoba, el equipo que mejor juega de visitante en la Argentina, un rival que suele complicar. No hace mucho a punto estuvieron los cordobeses de batir La Fortaleza con ese planteo paciente y demoledor, pero durante el receso vendieron a Melano, y en la feria de los refuerzos se tuvieron que conformar con algunos saldos, en cambio Lanús presentaba su equipo armado, y sumaba las presencias de Silva y Acosta para superar el déficit de gol. Especialmente el debut del Pelado era muy esperado por la prensa nacional, tiene que ver con que a Boca todo le viene saliendo mal -en todos los tiempos, en todas las civilizaciones, siempre resultó atrayente ver la caída en desgracia de un poderoso- y el esperado debut de Santiago Silva en Lanús se preanunciaba como otro posible disparador de conflictos en el mundo Boca, que marcha lento rumbo al cadalso con Riquleme y Bianchi como verdugos. Era sabido, por capricho de la nefasta dupla colgaron a un jugador que en la peor campaña de la historia de Boca jugó 52 partidos con 19 conquistas, una marca que solo por confusión y ceguera se puede despreciar. Y como se veía venir, el Pelado metió dos goles en su debut, y su presencia se hizo notar como de costumbre. Lanús le ganó a un duro y conocido rival por 3 a 0 y le pudo convertir varios más. Lo interesante es ver como fue que el quiebre se produjo, a partir de un accidente de alcoba que abrió el camino.
Belgrano entrego la pelota, fiel a su costumbre, sin meterse atrás pero mordiendo con orden en todos los sectores e incluso disponiendo de algunas situaciones para convertir a partir de errores de los defensores granates, firmes en la marca pero algo dubitativos a la hora de ejercer el control del balón en campo propio, ahí donde Belgrano le obligaba a jugar, porque le
impedía atravesar la línea divisora de campos escalonando bien a los cuatro volantes que se reparten las marcas del medio, con un cinco detrás, una especie de líbero entre líneas, el 4/1/4/1 que le dicen, y que Lanús padeció en tiempos de Schurrer. En algunos equipos del mundo que aplican esta idea táctica con vocación de ataque, la línea de medios está llena de talento y velocidad, en otros, como Belgrano, ese bien escasea pero sobra disciplina y entrega. Y otro tanto pasa en la última línea, ordenada y bastante segura, con Lollo ganándole el duelo cuerpo a cuerpo a Silva, y Olave sin pasar mayores sobresaltos.
Como sucede siempre, Lanús primero tuvo que pelear por la pelota en todos los sectores para poder imponer dominio, pero una vez que la obtuvo, por los 20 del primer tiempo y hasta el gol, pasó por dificultades que dejan una enseñanza. Jugando con paciencia, buscando huecos en el cerrojo de la visita y tratando de no dar a su vez ventaja alguna, fue logrando de a poco meter a Belgrano en su propio campo, pero el local salía por izquierda y en ese sector se amontonaban Velázquez, Ayala, el Pulpito González y Acosta, que no disponía de los espacios que necesita para desquilibrar, no obstante con su habitual generosidad se ofrecía permanentemente pero poder sin sacar ventaja en el tumulto. La pelota rebotaba dos o tres veces contra el sector derecho del muro defensivo de Belgrano hasta que Ayala la cambiaba de frente para Araujo, que no veía salida por su sector y la volvía a mandar a la zona de Velázquez, y así la secuencia volvía a comenzar. El técnico, como casi siempre, advirtió la cuestión y mandó al Laucha a la derecha, pasando Romero a su lugar, ya que el cordobés suele adaptarse mejor al toque corto. Por la derecha, otra vez con la movilidad de Lautaro Acosta, la mayor participación de Barrientos –un volante en pleno crecimiento- Araujo encontró salida por su sector, pero otra vez no funcionó. El tumulto ahora estaba por ese lado y a Lanús le seguía costando quebrar pese a que se acentuaba el dominio. En eso Araujo tuvo una mala entrega defensiva y se esforzó notablemente y con grandes recursos técnicos recuperó el balón, esquivó otra marca, enganchó y lo entregó a domicilio recibiendo el primer aplauso cerrado de la tarde. “Si aplauden al lateral como si fuera Platini, estamos jodidos” puede que hayan pensado los sacrificados jugadores Piratas, la cosa es que se durmieron, Ayala recibió con espacios y buscó una vez más a Silva por arriba, al corazón del área, Olave la bajó distraído como un adolescente jugando en su pieza, pero se olvidó que Silva había dormido ahí, y el Pelado lo vacunó. Gol de goleador, y final de la etapa con alivio y satisfacción en las tribunas.
En el complemento fue todo de Lanús, que volvió a mandar a Acosta por izquierda donde ahora disponía de espacios, porque la salida se seguía haciendo por derecha con Araujo, una de las figuras de la cancha -junto con Izquierdoz, el Pulpito González y Barrientos- aunque Silva se apropió de la tarde, ya que además de acoplarse mejor al juego del equipo, convirtió un golazo desde afuera del área clavándola en el ángulo izquierdo de Olave. Luego el Cali Izquierdoz de cabeza marcó el tercero y pudieron ser algunos más, porque fue más profundo y potente respecto del torneo anterior, y consolidó con creces la chapa de candidato permanente. El público granate, una vez más, desde la fecha inicial volvió a ilusionarse con un título que se viene postergando más de lo debido.