por el escribano Julián Segura*
Desde lo más profundo de mí ser, casi no puedo
soportar la bronca de observar cómo se puede ganar una interna representando a
un intendente tan inoperante e inútil que no pudo caminar por su propio distrito para
avalar y apoyar a su candidato.
Un intendente fantasma que sólo sabe de
negociados, roscas, de cuentas que no cierran, de cámaras de seguridad que no
existen, de móviles de Patrulla Urbana desmantelados y, aunque nuevos, fuera de
servicio por no querer invertir unos pesos para su reparación.
Un intendente que es la vergüenza de su propio
espacio político; que es la vergüenza del peronismo, si es que a él pertenece.
Creo que es la inoperancia hecha funcionario, la escoria de la democracia y el
ejemplo vivo de lo que el ciudadano rechaza, cada vez más, a partir del ejercicio
y práctica democrática a través de los años que vivimos en ella, o de ella,
como lo hace este intendente.
Nos
obliga a vivir como pordioseros, entre la basura, la mugre, los baches, la
inseguridad, la desidia; somos el patio trasero y abandonado de Lomas de Zamora
y Avellaneda, en fin, somos una “mierda” de ciudad por culpa de este
mamarracho.
Finalmente, quiero felicitar al verdadero
ganador, Nicolás Russo, quien desde el llano, supo interpretar la voluntad
ciudadana y las necesidades del vecino.-
También deseo reconocer al profesor Montero,
ganador de la interna del Frente para la Victoria , por la valentía, coraje y lealtad
puestas al servicio de un espacio fantasmal y sólo apoyado por un “aparato
político” prestado por la militancia partidaria, que espero, fervientemente,
retome el rumbo y se de cuenta que unos pesos cobrados por fiscalizar un
domingo de elecciones, no ameritan para vivir luego, permanentemente, en esta
ciudad
devastada, destruida, arrasada y abandonada como es nuestra querida ciudad
de Lanús.
Darío lo hizo…y con mucho esfuerzo…
(*) Fue
candidato a edil en las PASO en el Frente para la Victoria , por el NEP