Informe Económico Semanal del Banco Ciudad
Esta semana estuvo signada por el debut de los CEDIN, uno de los instrumentos ideados por el gobierno para llevar adelante el blanqueo de capitales anunciado a comienzos de mayo.Como era de esperar, el interés despertado por este instrumento en su primera semana de vigencia fue extremadamente escaso: en los primeros 4 días se realizaron apenas 13 operaciones, por un monto total de 495 mil dólares. Si bien se deberá aguardar al menos un mes para juzgar el grado de aceptación del instrumento (hasta tanto los interesados despejen sus dudas sobre la operatoria), de momento el CEDIN no parece generar gran expectativa.
Por el lado de la demanda, en el mercado secundario empezaron a aparecer, tímidamente, los primeros precios de referencia: en dólares, se difundieron cotizaciones de USD90 por cada USD100 de valor nominal del CEDIN, mientras que en pesos se realizaron ofertas de $7,30 para los certificados aplicados (es decir, ya utilizados en una operación inmobiliaria y listos para ser canjeados por dólares) y de $6,75 para los no aplicados. Si bien aún no apareció una “punta vendedora”, que podría acercar la cotización del CEDIN a la del dólar “blue” (que esta semana cotizó estable en torno a los $7,95), el descuento con el que operan los certificados le resta atractivo a la operatoria: quien blanqueara hoy sus dólares obtendría menos pesos que vendiendo sus divisas en el mercado paralelo (otro elemento que encarece
la operatoria es la no adhesión al blanqueo por parte de los gobiernos de la Ciudad de Buenos y Córdoba, entre otras grandes provincias, lo cual deriva en el cobro de impuestos provinciales como ingresos brutos y sellos a quienes exterioricen sus tenencias de dólares “negros”).
No debe perderse de vista que la justificación primaria de esta medida se vinculó a la necesidad de dinamizar la actividad inmobiliaria y la construcción, hoy paralizadas por las restricciones en el mercado cambiario. Sin embargo, detrás de estos motivos, se ubicaba también la preocupación por descomprimir al dólar “blue” y reforzar las reservas internacionales, dado que cada dólar blanqueado permanecerá encajado en el Banco Central hasta que se concrete una operación inmobiliaria y el CEDIN sea aplicado y canjeado por dólares.
Frente a estos objetivos, sólo el de contener al dólar “blue” parece haber sido transitoriamente alcanzado. Hoy, en el mejor escenario, se espera que por el actual blanqueo (incluyendo a los CEDIN y a los bonos en dólares a ser emitidos en el futuro) ingresen cerca de USD 2.000 millones, es decir, la mitad de divisas que en el blanqueo del año 2009. Esto implica que su efecto sobre las reservas internacionales será casi nulo, teniendo en cuenta que éstas vienen cayendo desde inicios del año a un ritmo de USD 830 mensuales (USD 2.490 por trimestre), en función de los pagos de deuda y del goteo por turismo.
El CEDIN tampoco promete ser reactivante del mercado inmobiliario. Aún suponiendo una emisión de USD2.000 millones de dólares de CEDIN que fuera completamente aplicada a la compra de viviendas, estas divisas representarían menos de un 30% de las operaciones inmobiliarias que se realizaban en el año 2011 sólo en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, previo a la introducción del cepo cambiario (hoy la cantidad de escrituraciones en la ciudad representan la mitad que en aquel entonces). Obviamente, extrapolando la representatividad de los USD2.000 millones a las operaciones inmobiliarias de todo el país su efecto sería aún menos reactivante (la Ciudad de Buenos Aires representa menos de un tercio de los permisos de edificación nacionales).
Con todo, la introducción de los CEDIN no resuelve el problema del mercado inmobiliario, ni la persistente pérdida de reservas, sino que constituye apenas un paliativo meramente circunstancial.