El intendente Darío Diaz Perez estaba en el grupo que aplaudió a rabiar, cuando ayer en el acto en la plaza lomense Grigera, la presidenta Cristina Fernández fustigó -al lado mismo del impasible Daniel Scioli- a los dirigentes que no la defienden y que “quieren quedar bien con todos”. Fue en el acto de presentación de un nuevo sistema integral de seguridad en Lomas de Zamora, y allí, en los pasillos se habló de la posibilidad de que el intendente Martín Insaurralde sea el segundo en la lista de los diputados K de la provincia, detrás de Alicia Kirchner.
La presidenta manifestó su desagrado ante las campañas de difamación de algunos medios monopólicos y “de que no me defiendan algunos dirigentes de mi espacio que miran para otro lado ante cosas que dicen de mí y de mi compañero”. Al respecto agregó que “habría que encarar una descentralización para que cada uno se haga cargo, para que decisiones equivocadas a nivel provincial no las tengan que pagar los intendentes. A cada uno lo que es de cada uno”.