“Existe una diferente increíble entre tener y no tener (el DNI). Hoy considero que una parte de mi volvió a nacer”, reflexiona Anabela, quien hoy tiene 20 años y desde enero de este año ya ejerce plenamente sus derechos identitarios con plena normalidad, lo que motivara en ella un acceso a una ciudadanía efectiva en lo que hace a la salud, la educación o el trabajo. “Antes una amiga de mi edad me tenía que prestar su Documento para ir a un hospital, o para sacar un contrato de alquiler”, ejemplifica.
“El caso de Anabela para nosotros es muy importante: no sólo por ser el primer caso que accede al DNI en Lanús, sino también porque nos motiva a seguir en la labor diaria que llevamos todos y cada uno de los voluntarios que participan en el proyecto”, reconoce Emiliano Bursese. Y concluye: “Debemos agradecer no solo el esfuerzo personal de Anabella, sino también el de la persona que nos contacto con ella, Laura De Marco, así como de todos los chicos voluntarios que se involucraron con su caso y el de tantos como ella”.