por Marcelo Calvente
marcelocalvente@gmail.comLa visita de Lanús a Santa fe concluyó con empate en cero, y con ese pobre resultado de acuerdo a las dispares expectativas de uno y otro de los contendientes, el equipo de Guillermo Barros Schelloto logró mantener la punta, ahora compartida con Newell’s, y el invicto, al menos en el Torneo Final, luego de consumarse la derrota el último miércoles en el Chaco por 1 a 0 ante Atlético Rafaela y por consiguiente quedar tempranamente eliminado de la Copa Argentina. Con diez encuentros disputados, con cuatro empates y seis victorias, sumando esta pobre actuación a los últimos tres partidos en los que cosechó cinco milagrosos puntos, el equipo de Guillermo Barros Schelloto, pese al invicto y la punta, hoy parece haberse distanciado considerablemente de aquel espectacular arranque en punta, el mejor inicio de campeonato de su larga historia futbolera.
Por entonces los hinchas granates nos dividíamos entre los sumamente optimistas y los sumamente cautos, ya que nadie en sus cabales podía ver el futuro cercano del equipo con pesimismo. Parados con gran soltura los cuatro del fondo, impecables todos tanto en lo individual como en lo colectivo y con el mejor Marchesín conocido, sostuvieron la valla invicta sin siquiera sufrir mas que dos o tres situaciones de peligro real en los primeros cinco partidos. Muy bien Izquierdoz en lugar de Araujo, Goltz era entonces un defensor impasable que se desdoblaba en ataque con mucho criterio, y Vizcarrondo una especie de patrullero de espaldas que casi sin esfuerzo recogía los pocos balones que superaban la tarea defensiva de todo el equipo. Hasta la fecha
seis inclusive, Lanús salía del fondo con pelota dominada y la jugaba con precisión, soltura y paciencia, de izquierda a derecha y de nuevo a izquierda, y así hasta encontrar el hueco para producir el quiebre y meter el pase punzante para el último toque al gol, desplegando un notable muestrario de virtudes el equipo granate superaba con amplitud a cada uno de sus rivales. Concluida esa 6ª fecha había ganado 5 y empatado el restante, con 11 goles a favor y uno solo en contra, gol sufrido a causa del primer error defensivo grave, aquella pifia de Paolo Goltz. La disputa de la 7ª fecha, en La Fortaleza y ante Quilmes, marcaría el fin de esa etapa de esplendor futbolístico y una nebulosa de acuerdo de las posibilidades futuras.
Ante el cervecero se empezó a desmoronar aquel murallón defensivo. Aparecieron en cantidad los yerros groseros de los centrales y todo el equipo fue perdiendo seguridad y confianza, y así, de a poco, fue dejando de ser compacto y cohesionado. El traslado seguro también se empezó a agrietar, no casualmente a los 10’ del complemento perdía 2 a 0 de manera inobjetable. La ráfaga de fútbol que puso el empate en 2 fue un alivio que impidió dimensionar correctamente el retroceso futbolístico. Lo mismo ocurrió en la Boca, donde nos conformamos con un empate que puede ser valioso teniendo en cuenta la historia de los choques ante Boca en su casa, pero no el presente de ambos equipos. El triunfo ante All Boys, que bien pudo ser un nuevo empate y hasta también la primera derrota, logrado con esa última patriada del Chino Romero cuando no quedaba tiempo para más, no alcanzó para recobrar la confianza. Lanús hoy no es aquel que fue, protagonista e hinchas lo saben, y solo volverá a serlo si logra recuperar el nivel individual y colectivo, con el cual debería sobrarle para triunfar en Santa Fe ante el débil Unión y mantener la punta en soledad. Lamentablemente eso no ocurrió y Lanús volvió a mostrar la imagen desconcertante de los últimos encuentros. En el análisis final fue levemente superior, aunque por momentos también fue superado por un muy débil rival, y finalmente con el 0 a 0 logró mantener el invicto y la punta pero se vuelve con el corazón lleno de preguntas, pese a que aún no se vislumbran más adversarios que Newell’s y River en la lucha por el título.
Si para algo sirvió la presentación en el Chaco con muchos suplentes es justamente para comprender que estos no están a la altura de las circunstancias, al menos en este presente de emergencia, en el que las figuras -Regueiro, Pizarro, Romero- dejaron de brillar, los que acompañaban –los cuatro del fondo, el Pulpito y Ayala- decayeron en su rendimiento, los que venían mal –Ismael Blanco, el Pochi Chávez, Leandro Díaz- desbarrancaron y solamente Agustín Marchesín mantiene el nivel que exhibió desde el inicio. En este marco, el empate en Santa Fe puede considerarse un resultado aceptable. Pero no hay que confundirse, el fútbol granate entró en zona de emergencia y en los próximos tres partidos, ante rivales desesperados por la amenaza del descenso como Atlético Rafaela e Independiente en La Fortaleza, y en el medio la visita a Argentinos en La Paternal, el panorama tendrá que definirse entre aclarar u oscurecerse.