El organigrama crea una supervisión de turno noche de ambulancias, una subdirección de Cementerio y una subsecretaría en el Tribunal de Faltas entre otras. |
“Se informa a ese H. Cuerpo que la factibilidad de su contestación no puede ser inmediata –expresa la nota que giró el jefe de gabinete- dado que además del estudio y armonización de los temas a tratar, nos encontramos ante la etapa de la toma de vacaciones tanto del personal político como superior de las distintas áreas, por lo que la conclusión de las misiones y funciones a lo que se suman formas procedimentales de operar, conllevan un tiempo lo suficientemente amplio como para intentar evitar suposiciones, errores de implementación, exceso de trámites burocráticos y sí en cambio, permitir la activación de canales suficientemente eficientes como para que los contribuyentes puedan ver satisfechos a la brevedad sus requerimientos”. El extenso párrafo es parte de la nota que Roberto Crespo Armengol envió al HCD como respuesta al pedido de misiones y funciones que le cursara el concejal Carlos Folino, con relación a las nuevas 40 dependencias jerárquicas que aprobaron el viernes los concejales.
Es que, frente al expediente de la reestructuración del organigrama, Folino le pidió por nota al presidente Héctor Bonfiglio que solicitara las misiones y funciones de los funcionarios que ocuparían las nuevas jefaturas. Realizados todos los trámites administrativos, burocracia y vacaciones mediante, el 25 de enero recibió esta respuesta, fechada el 23.
Indica que “las misiones y funciones programáticas y operativas de cada área deberán sincronizarse e intermediar entre sí, a efectos que exista la indispensable coordinación que deseche pases inútiles y sí conexiones eficaces para verificar efectivos avances en la labor municipal y por ende, que ello redunde en la rapidez de la actividad...”.
La nota expresa que “el análisis y puesta en marcha de tales diligencias merecen un estudio e intermediación de las áreas a efectos de lograr los fines perseguidos, hecho que sin lugar a dudas no puede llevarse a cabo sin el debido estudio y consideración”.
Ahora bien: se presume -y así lo indicaría la normativa, según diversas fuentes consultadas-
que primero deberían establecerse las misiones y funciones que hacen falta en cada secretaría para luego proceder a crear los puestos y buscar las personas idóneas para ser nombradas en cada jefatura: sabemos qué necesitamos y cómo hacerlo y buscamos las personas adecuadas para llevarlo a cabo. Esto significa que, de hacerse según el orden establecido, no debería esperarse el “análisis y puesta en marcha de tales diligencias” para tener establecidas dichas misiones y funciones. O sea que las misiones y funciones deben estar antes que la creación de los nuevos puestos. Y el listado solicitado no debería aguardar a que se produzca el resultado esperado. Porque si la “coordinación” esperada no se produce es que no organizaron bien la tarea de cada uno o no eligieron como corresponde a la persona idónea. ¿Se cambiarán los jefes o será “necesario” crear otras jefaturas?
Por eso la importancia de establecer las misiones y funciones de las que la oposición tanto ha hablado este último año. Obliga al intendente a dejar sentado qué tarea específica debe llevar adelante cada funcionario. Un ejemplo es la designación del actual secretario de protección ciudadana: ¿cuál es la misión de esa secretaría y de qué modo la lleva a cabo? Aún no se sabe porque nunca se respondió concretamente a estos requerimientos. Y los vecinos se preguntan para qué pagan una tasa aparte de la de servicios generales.
Habría una franca contradicción entre la normativa y lo ejecutado. Si no se sabe qué hace falta y cómo hacerlo, es incomprensible nombrar jefes que lleven adelante tal tarea. Por eso con la modificación del organigrama anterior se crearon jefaturas de áreas que aún no se sabría, al decir de varios ediles no oficialistas, a qué se dedican ni cuál es la eficiencia de su labor. Y algunas se presume que fueron pagos políticos -aún dentro de la misma planta municipal- sin demasiados beneficios para el vecino. Es de considerar, entonces, la falta de confianza de los ediles que debieron aprobar dicha modificación.
Por eso lograron agregar dos artículos al proyecto que expresa que el decreto de misiones y funciones -incorporando los nuevos cargos y/o modificados, conjuntamente con los ya existentes- debe ser enviado dentro de los 90 días corridos al HCD, considerándose falta grave -en los términos del art. 118 del Reglamento Interno del HCD- del jefe de gabinete el no enviarla. Cabe señalar que la falta grave, pasado el tiempo establecido sin cumplir con lo establecido en la norma, podría significarle una seria sanción al funcionario. Pero para lograr que dicha sanción se apruebe algún concejal/es debe pedirla y luego lograr la aprobación en el recinto. Con la mayoría oficialista y sus adláteres en contra, es difícil que pudiera lograrse, en un año en que todos están intentando arrimarse a la fuente de poder para no quedar fuera de las legislativas y proyectarse a 2015. Por eso el oficialismo concede: sabe que la mayoría no permitiría que se aplicase ninguna sanción, logra su objetivo y descansa sin pesares.
En otro de los artículos incorporados se indica que, cubiertos los cargos creados, el ejecutivo deberá enviar al concejo la nómina completa de las personas que los ocupen. En 90 días se verán los resultados.
Marta Santos