miércoles, 20 de marzo de 2013

Francisco: se hizo el milagro


por Heriberto Deibe*

A una Argentina inmersa en una de sus más grandes crisis de valores; a una Argentina que parecía darle lo mismo la mentira que la verdad, le sucedió un milagro: la elección del Cardenal Jorge Bergoglio como el Papa Francisco, cabeza de la Iglesia Católica.
Todos los hombres de fe, más allá de sus credos y religiones, han sentido alegría, emoción y orgullo ante este milagro, lo que señala que las cuestiones de Fe, donde interviene la voluntad de Dios, están exentas de especulaciones o encuestas.
La historia Argentina nunca volverá a ser la misma porque,  si hay algo que caracterizó al Papa Francisco en el ejercicio de su ministerio, fue la defensa profunda de los valores que encarna el ser argentino. En reiterdas ocasiones nos llamo a “ponernos la Patria al hombro”, que elevemos la política más allá de la coyuntura. Nos conminó a dejar de lado lo banal y superficial, dejar de lado la mentira para defender la verdad, aunque esto implique, en muchas ocasiones ser políticamente incorrecto.
Sociedad y dirigencia deben elevarse en la defensa de los valores que nos permitan salir de esta politiquería. Tenemos la responsabilidad de ir nosotros hacia el nuevo Papa y no tratar de apropiárnoslo degradando su mensaje. De hecho, Francisco sale al balcón de la basílica, sobre la Plaza de San Pedro y, como primerísimo gesto, pide que el pueblo ore por él. Tras ser bendecido por sus feligreses, tiene la facultad de bendecir como Papa. Un gesto con el que recorrió las calles de Buenos Aires, aleccionándonos en la humildad, en el recogimiento,
en el calor de nuestras familias. 
El hecho de que Francisco sea argentino y americano nos obliga a tomar un compromiso con esta nueva realidad. No se trata de ser amigo o no, se trata de defender los valores que encarna: allí reside la amistad con el Papa. Compromiso con los valores que, como cura de barrio y arzopispo defendió: la verdad, la unidad, la seguridad, el servicio a los más humildes, el diálogo. 
Nuestra Patria vuelve a tener una oportunidad histórica en la que un compatriota ejerce el pontificado, un compatriota  que nunca eludió la verdad. Esto nos llama  a aceptar la responsabilidad de defenderla aunque  en la coyuntura implique costos. La realidad, en el tiempo va a ser modificada por el compromiso que como sociedad y dirigencia tengamos en su defensa.
Para el pueblo judío estamos transitando el mes de “milagro de milagros”. Este mes, el primero en el calendario hebreo, es el mes de la redención: la liberación y el encuentro con el hogar. Y es en el Nisan en el que Bergoglio, nuestro cura, se vuelve estrella, conductor, líder. Estoy seguro que, para todos los creyentes de todos los credos, este hito cambiará la historia argentina. Nos liberará de la mentira y nos reencontrará en nuestro lugar en el mundo, la tierra prometida.
   (*) Concejal de La Juan Domingo