por Marcelo Calvente
marcelocalvente@gmail.comLa que viene será la semana previa al inicio del Torneo Final, y la mayoría de los equipos ya tiene prácticamente definidos sus respectivos planteles. Pocas han sido las incorporaciones y tampoco muy determinantes las bajas en cada uno de ellos. Pocos han logrado reforzar su ataque con jugadores de categoría, en los dos únicos cupos posibles. Uno fue Lanús, que apostó la camiseta de centrodelantero a Ismael Blanco, con más antecedentes que presente, y al Pochi Chávez, una alternativa auspiciosa como acompañante de ataque. Guillermo Barros Schelloto seguira teniendo como baluarte ofensivo por la izquierda al morocho oriental, pero le piensa cambiar los guitarristas. El Pochi tiene la oportunidad de su carrera para consolidar todo su potencial, que no es poco. Viene con la experiencia obtenida en un equipo grande a la sombra de Riquelme, nada menos. En Lanús encontrará también mucho orden y grandeza, pero su horizonte estará más despejado. Ambos refuerzos dependerán de si mismos, porque seguramente arrancan siendo titulares.
Varios de los mejores equipos argentinos tendrán doble competencia. Es sabido que para contarlos entre los candidatos del Final tendrán que quedar muy pronto fuera de la discusión, aunque normalmente todos agotan sus chances como mínimo en la segunda fase de la Copa, por lo tanto tendrán que disputar al menos seis partidos y afrontar varios viajes: Se trata de Boca, Vélez, Newell’s, Arsenal y Tigre. Y a simple vista, salvo los dos primeros, los demás tienen planteles demasiado reducidos para afrontar tantos compromisos en un semestre.
Por lo que se vio en el verano tanto Boca como River se presentan como candidatos naturales a animar el Torneo Final. River ganó el primer superclásico y dejó una buena impresión, en un partido jugado a todo o nada y con el debut de dos técnicos grandes que vuelven para categorizar el Torneo. Ramón Díaz viene de algunos fracasos y necesita de un buen arranque para tomar confianza. Cuenta con el uruguayo Mora en muy buen momento -pinta para ser figura- y espera por lo que puedan aportar Trezeguet, Mauro Díaz y Funes Mori, aunque hasta ahora lo mejor fue lo de Poncio, Carlos Sánchez y el zurdo Rojas. Desde lo físico y lo mental el equipo parece estar encaminado, pese a la derrota de anoche por penales en Mendoza, en la revancha ante un Boca conformado con mayoría de suplentes
Carlos Bianchi tiene a Silva, a Viatri y a Blandi para alternar en el centro del ataque, y no contento con las buenas actuaciones del Laucha Acosta, Boca decide apostar a ganador con la contratación del Burrito Martínez -que viene de no jugar muy seguido pero que debutó ante Racing con dos goles- pagando una cifra que no es ni común ni aconsejable en este momento
de nuestro fútbol, en el que las ventas brillan por su ausencia, y las pocas que hay, por lo general son a mercados nuevos y no del todo confiables como el ruso, los países del este europeo y algunos de Asia, donde a los jugadores les cuesta más la adaptación, y por eso son más los que vuelven que los que se van. Para acompañar la dupla de ataque, Bianchi ya no tendrá a Riquelme y tampoco a Chávez, por eso va a apostar al juvenil Leandro Paredes, de 18 años, que todavía no terminó de formarse. Por su parte, Racing perdió a su principal carta de desequilibrio, el pibe Centurión, y hasta la fecha no ha podido reforzarse. Hauche parece enchufado, pero depender de la gestación de Camoranesi no es aconsejable, es muy “faltador” y no está para los 90 minutos.
Vélez, Newell’s y Lanús tienen que ratificar lo exhibido en el último torneo, como también Belgrano y Colón. El sabalero tiene jugadores de calidad e hizo una sola incorporación, aunque muy interesante: La repatriación del ex defensor granate Mauricio Romero. Si el Pampa se recuperó bien de la grave lesión sufrida y mantiene aunque sea en parte su nivel futbolístico, puede aportar el temple y el espíritu ganador que siempre supo tener y que tanto le falta al equipo santafesino. Lo de Belgrano es más difícil, con orden defensivo y juego de contra es complicado pensar en grande. La perfomance del Barcelona de España, entre otras cosas extraordinarias que viene llevando a cabo, está señalando un camino que tiende a la multiplicación ofensiva con categoría individual y funcionamiento colectivo. Con tres volantes de recuperación y uno que se desdoble en ataque, ya como enganche u organizador, tanto como por afuera, parece que la tendencia de los que buscan la victoria es apuntar con decisión al arco de enfrente, lo que obliga a ocupar campo rival y acortar todas las líneas.
El equipo de Gareca destinó sus recursos a mantener el plantel campeón, no tuvo incorporaciones ni bajas, qunque Cabral sufrió la rotura de ligamentos cruzados tan temida. Lanús, además de las dos llegadas señaladas más arriba, cuenta con un gran arquero y una defensa que sale de memoria. Pero vendió a Fritzler; muchas de sus chances tendrán que ver con que Guillermo pueda reemplazarlo convenientemente, que Pizarro siga creciendo en la doble función por derecha, y que Ayala pueda seguir aprovechando su pegada excepcional, tanto en movimiento como con pelota detenida. Lo demás, dependerá de la vigencia de Mario Regueiro, mas lo que venga en las valijas del Pochi y de Blanco y la suerte de los que van a esperar su oportunidad, como Romero, Leandro Díaz y Junior Benítez.
El resto de los equipos tiene por delante un desafío complicado y prioritario: Mantener la categoría. Entre ellos están Independiente y San Lorenzo, también Unión, Quilmes, San Martín y Rafaela, todos se jugarán la vida en cada partido, e incluso Godoy Cruz, Argentinos, Newell’s, All Boys y Tigre no pueden descuidarse. Cuando tengan un punto casi asegurado, dudarán mucho en arriesgarlo por intentar sumar los tres. En la búsqueda de candidatos para alzarse con el primer Torneo Final, que arranca el segundo fin de semana de febrero, al menos antes de empezar a rodar la pelota se insinúa que de no mediar ninguna sorpresa Lanús, Ríver, Vélez y Boca, estos dos si les va mal en la Copa, son los que tienen las credenciales con mayor respaldo.