Por Aurelio Nicolella(*)
“Llámela como más le guste, municipio, ayuntamiento, alcaldía, comuna, prefectura, yo simplemente la llamo mi hogar”. Pedro Kropotkin (Geógrafo y naturalista, ruso 1842-1941)
Lanús, es un municipio que gozó en tiempos anteriores de un respeto entre los tantos municipios que componen el Gran Buenos Aires o la moderna designación de Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), porque así al conurbano se la convierte en una megalópolis del mundo.
Lo cierto es que Lanús sigue en un laberinto sin salida. Desde hace años que tiene a sus habitantes como rehenes, parece un municipio zombi, camina sin vida.
Las políticas municipales desde los noventa a la fecha han sido catastróficas. Desde el retorno de la democracia, hace casi treinta años, siempre ha sido gobernada por el Partido Justicialista, es más, los partidarios del justicialismo se jactan que Lanús es un bastión del peronismo, inexpugnable para las otras agrupaciones políticas. Lo cierto es que los punteros políticos que responden al oficialismo municipal tienen cautivos a muchos de las poblaciones humildes y marginales, y estas por necesidad, ya sea económica como social obedecen a estos pseudo-dirigentes que a su vez arrían a la gente como verdaderas manadas a las necesidades personales del oficialismo, sean estos mítines, actos políticos, concentraciones de fuerza;además de asegurar un bolsón enorme de votos a favor del justicialismo.
Según datos de investigación, hoy el treinta por ciento de los habitantes del municipio viven por debajo de la línea de pobreza. En 1974 era solamente el ocho por ciento. El cuarenta por ciento de las familias lanusenses viven de algún plan social del estado nacional, provincial o comunal y lo más triste es que casi un diez por ciento ya se encuentra en estado de indigencia y esta cifra va en aumento. La mayoría de las viviendas, sus moradores y algunos negocios se
encuentran beneficiados por los subsidios del estado nacional en cuanto a los servicios públicos. La liberalización de estos repercutirá en los bolsillos de los lanusenses.
La inseguridad ha hecho de Lanús el partido con mayor riesgo para vivir de toda la Argentina. No por nada la llaman la “Detroit argentina”. Las políticas municipales al respecto no existen, desde el municipio se asevera que la responsabilidad en la materia la tiene el estado provincial, pero a los contribuyentes se les cobra desde hace tiempo un canon por dicha materia.
En lo que si tiene responsabilidad el municipio es en el pésimo estado de las arterias del partido. Desde hace años ya en la anterior administración las calles dejaron de tener mantenimiento, lo que hizo sumado a la desidia de la actual administración imposible de transitar en rodado alguno, haciendo incluso que muchas líneas del transporte público deban alterar sus recorridos por calles laterales haciendo azarosa la vida para los pasajeros. El intendente no se cansa de decir que la herencia fue pesada en ese aspecto, y que costará tiempo normalizar las calles de Lanús, lo que se olvida es que él fue también parte de la anterior administración, incluso le festejaba los cumpleaños al anterior intendente.
La limpieza del partido es un ítem importante. Para ilustrarlo qué mejor que el humor de los vecinos, a los barrenderos de Lanús les dicen, “Monstruo del Lago Ness o Pie Grande”, porque dicen que existen pero nadie los ha visto. La recolección de residuos domiciliarios no va en zaga, cada vez más los vecinos se preguntan para que pusieron canastos en las veredas para las bolsas de basura. Los famosos “achiques” (juntar todas las bolsas de residuos en un mismo lugar sobre la calle), cada vez son más frecuentes, la respuesta es sencilla: “Somos pocos los muchachos del camión y las cuadriculas son muchas”. Los perros de la calle contentos juegan entre ellos a ver cuántas bolsas rompen buscando sobras de comida.
El sistema cloacal es casi inexistente para la cantidad de viviendas y habitantes en un municipio netamente urbano y con una de las mayores densidad poblacional del mundo. Sumado a la cantidad de edificios que se construyen en la zona céntrica sin una estructura planificada para ello, hacen que el colapso de la red de saneamiento y energía este a un paso de concretarse, con consecuencias impredecibles.
Un lector del diario La Nación de Buenos Aires opinaba días atrás sobre la situación de Lanús: “Los ciudadanos estamos indefensos. En comparación, otros distritos cercanos gozan de mejores condiciones de salubridad e infraestructura…”
Si los otros municipios vecinos que son del mismo signo político que la administración de Lanús, ofrecen soluciones a sus gobernados, si los servicios básicos comunales se brindan para que la sociedad pueda ver al menos en algo el reintegro del pago de sus servicios, ¿por qué en Lanús, esto no pasa? Ya sabemos que uno de los motivos es que el municipio de Lanús es uno de los que más empleados tiene per cápita del conurbano. Un concejal de la oposición había manifestado años anteriores, que del presupuesto municipal el setenta por ciento se destina a los pagos de los sueldos, el veinticinco por ciento al pago de los servicios de recolección de residuos y mantenimientos de luminarias y sólo el cinco por ciento se encuentra destinado para realizar obras públicas o manteniendo de las mismas. Y lo más llamativo es que estas cifras se mantienen en la actualidad. Ese mismo concejal me manifestó que “si no le bajan dinero de Nación o Provincia nada se puede hacer en Lanús”. Esto hasta fue admitido por el propio intendente municipal en varias oportunidades, lo cierto es que Nación ha bajado dinero pero las obras no se ven.
Es necesario que las autoridades del municipio comiencen a ver con simpatía las delegaciones municipales, ya que Lanús es el único municipio en no tenerlas. Centralizando no es que mejor se gobierna, es muy fascista y antirrepublicano, el cambio sería el comienzo de un paso de acercamiento con los problemas de los vecinos y entonces si podremos hablar de Lanús mi hogar.
(*) Abogado, militante de la UCR.