por Omar Dalponte*
Como dice el tango, permitiéndonos pasar del singular al plural, durante el año que se fue “vimos el desfile de las inclemencias con nuestros pobres ojos de llorar abiertos”. La derecha salvaje está siempre allí, agazapada, esperando que las contradicciones de la política erosionen la democracia. No bastó con tirar aceite en cada curva del camino para que derrape el gobierno nacional y con entorpecer de mil maneras diferentes las gestiones kirchneristas de las administraciones provinciales y locales. Casi al finalizar el 2012 se repitió el viejo y conocido recurso de los saqueos que, en esta oportunidad, no fue por un poco de comida sino para robar electrodomésticos y otros elementos que poco tienen que ver con la mesa navideña.Pero igual salimos adelante. Muchas cosas que en su momento algunos pretendieron presentar como definitivas no fueron más que brisas pasajeras sin fuerza para mover los árboles afirmados en esta Argentina que avanza con dificultades pero sin detenerse.
Este será un año electoral y por tal motivo la actividad política será intensa. Aquí en Lanús parece que varias personalidades han decidido salir a las arenas donde se disputan los cargos y da la sensación que no será menor la lucha por llegar al Concejo Deliberante, a la Legislatura de la provincia de Buenos Aires y al Congreso Nacional.
Las elecciones de este año son sumamente importantes. La oposición tratará -suponemos- de imaginar alguna arquitectura que permita achicar la diferencia de más de cuarenta puntos que separa a cualquiera de sus principales referentes con la presidenta que- si bien no será candidata en los próximos comicios- encabezará la campaña oficialista señalando rumbos e influyendo en la opinión de la
sociedad. El kirchnerismo procurará consolidar su proyecto y necesita un triunfo contundente
para ello y -tal vez- para proponer la reforma constitucional e impulsar la candidatura de Cristina Fernández en el 2015.
Hasta ahora la oposición no ha demostrado grandes virtudes para imaginar acciones atractivas que- por lo menos- lleven alguna esperanza a las desanimadas carpas partidarias. Decimos “hasta ahora” porque uno nunca sabe si de los laboratorios políticos puede surgir en el futuro alguna fórmula novedosa que entusiasme a las mayorías.
Competir electoralemente con el kirchnerismo -también hasta ahora- ha sido para las diferentes parcelas anti K como si un combinado de veteranos jugara descalzo contra el Barcelona.
De todas formas, las elecciones intermedias en las cuales no se produce el cambio de los timoneles mayores, suelen tener resultados inesperados. Todo -o por lo menos mucho- depende de quienes integren las listas respectivas porque la fuerza de los apellidos y de las trayectorias, junto a la seriedad de las propuestas tienen demasiado
que ver cuando el pueblo elige.
Probablemente resultará interesante la disputa electoral en nuestro Lanús. Aquí han salido a la palestra dirigentes con antecedentes valiosos que pueden exhibir con sonrisa de ganadores frente a determinados sectores de la sociedad. Por su parte, el Frente para la Victoria que ampara a las voluntades fieles a nuestro intendente, sin duda no ignora los datos de la realidad, lo que piensan los vecinos, las aspiraciones populares y el peso de algunos de sus posibles contrincantes. Esto -creemos- determinará que se seleccionen con mucho cuidado a los próximos candidatos del kirchnerismo porque hay varios momentos que atravesar: las internas del Justicialismo, las Primarias
Abiertas, Simultáneas y Obligatorias y finalmente, las elecciones generales para renovar concejales, diputados y senadores.
Presumimos que este será un verano durante el cual los políticos no podrán poner sus mentes nada más que en los pasatiempos playeros.
Probablemente, en más de un caso, los celulares y las computadoras reemplacen a las paletas y a los mazos de naipes.
(*) Dirigente de Iniciativa Socialista.