“La Secretaría de Empleo tiene líneas que tienen que ver con la inserción laboral en empresas privadas, y todavía la empresa nos ve con cierta desconfianza. Más allá de los beneficios que uno le pueda dar laboralmente a ese recurso humano que ingresa a partir de un programa nuestro, todavía la empresa privada tiene cierta reticencia en acercarse al ministerio: nos ve como una policía de trabajo. Desconfía,
y entonces tenemos que vencer la resistencia de la empresa para acercarse a un programa como el Programa de Inserción Laboral (PIL), donde aportamos casi el 50 por ciento del sueldo del empleado durante un año que esa empresa toma, y eso por ahí genera un alta temprana.
“Pero tenemos un programa, que es entrenamiento para el trabajo en el sector privado, donde esa persona está seis meses realizando una especie de pasantía, donde aportamos el 50 por ciento del salario aunque no le genera un alta temprana al empresario, por lo que puede optar o no por tomarlo a la finalización de ese entrenamiento. Si decide por la afirmativa, puede continuar con el PIL, para que nosotros sigamos financiando parte del salario y que la empresa recién al año y medio pueda tomarlo completamente”.
