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domingo, 30 de diciembre de 2012

Prepararse para el poskirchnerismo


por Heriberto Deibe*

La “alianza” que llevó  a la Intendencia a Darío Díaz Perez en el 2007   se está fracturando por su propio fracaso.
Muchas son las causas para esto, aunque la más notoria es que sólo fue concebida  para vencer en las urnas a Manuel Quindimil.
El tiempo, como siempre, pone las cosas en su lugar y la realidad indica que el veterano caudillo perdió en las urnas, pero nunca pudo ser superado ni como intendente, en la administración del municipio, y menos como conductor del justicialismo de Lanús. En ambos casos aquellos que legítimamente lo  vencieron, fueron y son derrotados por la realidad.
La victoria pírrica del actual intendente en el 2009 ya marcaba un llamado de atención, que fue mucho más evidente en la exigua victoria obtenida en las internas abiertas del 2011, y en el porcentaje raquítico de votos en octubre del 2011 cuando uno lo compara con otros intendentes del conurbano bonaerense.
Sólo la atomización del Partido Justicialista de Lanús le permitió seguir un período más en la Intendencia.
Y tal vez, esta es una de las claves de nuestro futuro: vencer este espíritu faccioso y lograr acuerdos que nos permitan unirnos detrás de un objetivo común a fin de recuperar la administración del gobierno municipal.
¿Tendrá algún sentido que los vecinos sigan abandonados por un intendente que pone  el beneficio personal por encima del conjunto? ¿Por un Intendente que dejó de lado el peronismo recostándose en sectores ajenos a nuestro movimiento?
Para vencer la atomización debemos preguntarnos primero a quién beneficia la misma. La
respuesta es clara y contundente: sólo es funcional a aquellos dirigentes que ponen sus intereses personales por encima del bien común ya que por incapacidad , inseguridad o desidia no pueden o no quieren ponerse los problemas de los vecinos de Lanús al hombro para solucionarlos.
También contribuimos a este estado de cosas aquellos que elegimos alternativas por fuera del peronismo -hasta el FPV lo hizo en el 2007.
Sin embargo, ya no puede ser excusa la falta de libertad para debatir ni que el partido esté cerrado. Se viene un nuevo proceso político, el postkirchnerismo, por el que debemos pugnar para no alejarnos hacia alternativas con las cuales tenemos tantas diferencias como con el actual gobierno.
El 2013 nos vuelve a dar a los peronistas una gran oportunidad.  Es el momento oportuno para anteponer ideas y proyectos sobre ambiciones personales. Sin ideas no hay política pues el rol de ésta es ponerlas en acción. Sin ideas la política muere y se convierte en un mero proceso de beneficios propios en detrimento del  conjunto.
  Y creo que la primera idea que ronda por la mente de todos es la unidad del peronismo de Lanús. Este camino es el que debemos impulsar. La unidad requiere, en estos momentos, impulsar la construcción de una alternativa u opción  que vuelva a priorizar al habitante de Lanús porque esta fue la base política que sustentó siempre al justicialismo en el poder, y la que, al ser abandonada por la actual administración, alejó al peronismo  de su esencia.
 Este camino necesita que no pensemos en nuestra supervivencia en el poder. Al contrario, si logramos reconstruir el peronismo de Lanús como herramienta de cambio y gestión, podremos todos cumplir con nuestras expectativas políticas en un proyecto que nos devuelva  la autoridad de cara a los vecinos, autoridad  que, quien ostenta el gobierno municipal, dilapidó como si estuviera en una sala de juegos.
 Recordemos a Juan Domingo Perón: “El poder es como la plata: se gana, se pierde y se recupera. Pero la autoridad es como la vergüenza: una vez que se pierde no se recupera nunca más”. 
  (*) Concejal de La Juan Domingo