sábado, 22 de diciembre de 2012

La difamación es la impotencia de los mediocres


por  Jorge Coassini* 

Para prestigiar la política es preciso tener la grandeza de asumir  responsabilidades por los errores propios y poner todas las cartas sobre la mesa exponiendo la realidad, sin atenuantes. Pero para eso se precisa integridad moral y honestidad intelectual. Y no abunda eso en la política de estos tiempos.
 Ocuparse de los problemas que preocupan a la comunidad es una tarea cotidiana. Pero en esto de hacer política, de dedicarse a resolver cuestiones importantes, se deben seleccionar no sólo las soluciones, sino también los argumentos y los métodos para encarar los asuntos.
 Quienes asumen la responsabilidad de gobernar deben enfrentar permanentemente desafíos. Algunos son heredados de gestiones anteriores y conviven con la sociedad desde hace décadas. Otros fueron generados por el gobierno actual y deben también ser atendidos con responsabilidad.
 No  es precisamente difamando a la dirigencia de la CGT  y la CTA, urdiendo un plan seudo desestabilizador, acusándolos de organizar los saqueos o inventando conspiraciones e implicando a sus líderes en  la nebulosa de la duda frente  a la población.
 Las  declaraciones del inefable Sergio “Rambo” Berni venido a menos  según Moyano, o  del "nene" montonero de  la recoleta Juan Manuel Abal Medina hijo, acusando sin presentar pruebas, no hace más que demostrar que para  personajes de su catadura cualquier recurso es válido.
 Estos seguidores de la cultura de la muerte, deberían pensar seriamente, en que todos
(también ellos), estamos en el mismo barco. Y este barco amenaza seriamente en irse a pique, incluso con ellos a bordo.
 Quienes  conocemos a Moyano , nos guste  más o nos guste  menos,  sabemos  que nunca  se escondió, equivocado o no siempre fue de frente , por mi amistad de tantos años  con Luis Barrionuevo y  con el “Momo” Benegas puedo dar fe de la dignidad con que  representan a los trabajadores y no es  escondiéndose detrás de  encapuchados como  consiguieron  el respeto  del que quienes  lo siguen.

                                                                                                                                                                                                                                                                             (*) Propuesta Peronista de Lanús