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viernes, 21 de diciembre de 2012

Inés López: Nuestro homenaje


por Omar Dalponte 

Conocí a Inés durante los años de la primera resitencia peronista. Tenía yo por aquel entonces casi 20 años. Tiempos de conspiración en las viejas y queridas cocinas. Cada casa peronista era una trinchera. Y la casa de Inés lo fue en grado superlativo. Inés, como tantas otras compañeras, usaba el peinado liso con el infaltable rodete “tipo Eva”. Ya su cabello comenzaba a blanquearse. Voz estentórea, lenguaje liso y llano, peronista sin límites. Mil veces jugó las cartas más bravas por la vuelta del General. Siempre estuvo en la primera línea de combate contra las dictaduras. Nos acompañó en el Lanusazo de la misma manera que nosotros la acompañamos a ella en cada jornada de lucha. Así estuvimos junto a Ongaro y Tosco. Así estuvimos codo a codo con Saúl Ubaldini. Así fundamos el Ateneo “La Hora de Los Pueblos”. Así compartimos tribuna en ATE Capital. Asi nos abrazamos y discutimos en reuniones militantes. En estos días pasados decidió descansar. En estos días que vendrán rescataremos su figura como paradigma para las nuevas voluntades peronistas y revolucionarias. Seguramente descansará tranquila porque no le debe nada a la vida. Tal vez se aburra un poco porque los gorilas no van al cielo y no tendrá con quien pelear. Pero si de casualidad encuentra a alguno que se metió disfrazado lo va a dejar desnudo con sus miserias ante Dios. De algo no hay dudas. A partir de ahora los ángeles cantarán la Marcha Peronista y ella formará parte del Comando Celestial cerca, muy cerca de Juan, Eva y Néstor. No alcanzó a leer las palabras que los compañeros y compañeras escribimos recientemente en conmemoración de un día fundamental. No importa. Aquí se las enviamos prendidas al hilo de un barrilete imaginario para que las comente con los cumpas que la esperan a puro mate. 
El lanusazo, una jornada heroica
Despues de la guerra de Malvinas ocurrida en el año 1982 se profundizó el deterioro de la dicatudar militar que asolaba a nuestro país desde el 24 de marzo de 1976. Aún en esas condiciones la ferocidad de los genocidas se mantenía intacta y por ese motivo cada quien resistía de la manera que podía. Ya sea en las bases de los gremios o mediante alguna que otra acción directa, militando en determinados partidos políticos, clandestinamente o en forma semiclandestina, en las organizaciones vecinales de cooperación, fomento, de la Cultura
etcétera. 
En Lanús las sociedades de fomento y otras organizaciones vecinales, a pesar de las limitaciones que imponía el régimen de terror imperante, mantuvieron viva la llama de la participación popular. El Partido Comunista de Lanús y algunos reconocidos dirigentes del socialismo y del radicalismo local como Jorge Bianchi, Alfredo Genovesi, Gerardo Charrú y Ernesto Parodi, se sumaron a la resistencia junto al periodista alsinense Jorge khouri y la militante histórica del peronismo Inés López.. También lo hizo muy activamente el Consejo del Partido Justicialista de nuestro distrito que, en la clandestinidad, presidía el recordado peronista Francisco Pancho Vitipaldi. 
Acompañamos a Pancho Vitipaldi, entre otros queridos compañeros, Atilio Montaruli, Sigifredo Caputo, Fernando Manes, Rogelio Papagno, Cacho Díaz, Roberto Díaz, Oscar Felice, Omar Dalponte, José y Amparo Souto, Alberto Tosso, Cirilo Ramallo, Arnaldo Volpatti y varias compañeras y compañeros militantes peronistas comprometidos en la lucha por el retorno a la democracia y la liberación nacional y social de la patria.
A partir de mediados de agosto de 1982 comenzaron reuniones multisectoriales y al calor del aumento desmedido de tasas municipales fue tomando forma un modo de resistencia al gobierno comunal de facto cuyo titular era Carlos Romualdo Gregotti. Gobernador de la provincia de Buenos Aires era el ruralista Jorge Rubén Aguado y su ministro de Gobierno fue el Dr. Gastón Pérez Izquierdo, desgraciadamente un hombre de Lanús en funciones cuando se reprimió salvajemente a los vecinos.
“Los antecedentes del “lanusazo” los encontramos en diversos actos que fueron marcando el nivel de organización y convocatoria del movimiento vecinal frente a una intendencia que sólo respondía con la fuerza y la represión abierta.

Hacia noviembre las localidades de Lanús se encontraban en un virtual “estado de asamblea”: los vecinos nucleados en asociaciones barriales preparaban formas de resistencia al poder municipal. Con ayuda de los sindicatos locales y partidos políticos se repartían volantes de repudio al cobro de la cuota. El 18 de ese mes, la policía reprime un acto de 1.000 vecinos en la plaza Giardino de Valentín Alsina, convocado por las sociedades de fomento, la junta vecinal y las amas de casa. Un acto en Villa Diamante también es prohibido; la junta vecinal del barrio con la adhesión de Villa Jardín y Villa Caraza, había ya elevado un petitorio con 2.000 firmas pidiendo la anulación de los adicionales.

En Lanús Este, la sociedad de fomento de Villa Obrera se hace eco de los reclamos del barrio y llama a la primera asamblea que cuenta con la asistencia de 120 vecinos. Allí surge una comisión de vecinos para luchar por la derogación de las cuotas adicionales. También se decide ampliar la convocatoria a todas las entidades de bien público de Lanús.

Así, comienza desde Villa Obrera una gestión de enlace con las asociaciones activas de las otras localidades, en las que se iban formando juntas vecinales integradas por sociedades de fomento, bibliotecas populares, delegados de villas de emergencia y comisiones de amas de casa. El día 20 de noviembre estas diversas organizaciones barriales confluyen en una asamblea en la sociedad de fomento de Villa Obrera. Tres mil representantes vecinales deciden la movilización popular para el día 24".(Fragmento de “Los vecinazos”, Inés González Bombal, 1982-83 extraído de la página “Conurbanos”.)
Llegamos al 24 de noviembre de 1982 y 20.000 vecinas y vecinos nos concentramos frente al edificio municipal que por aquel entonces funcionaba en la calle 25 de Mayo entre Del Valle Iberlucea y Dr. Melo, Lanús Oeste. Algunas vecinas y vecinos, constituídos en comisión para entregar el petitorio de anulación del aumento de los impuestos, logramos traspasar las vallas colocadas por la policía que había dispuesto gran cantidad de efectivos con perros, pistolas lanzagases, armas cortas y largas. El intendente de facto Gregotti se negó a recibirnos. Las vallas policiales fueron derribadas por los vecinos y se desató una brutal represión que duró varias horas con un saldo importante de heridos y detenidos. Poco tiempo después Carlos Gregotti se vió obligado a renunciar. La lucha de gran parte del pueblo lanusense había producido EL LANUSAZO, jornada heroica, una de las pricipales y últimas patadas a la dictadura militar que, meses más tarde, terminó derrotada. 1983 marcaría el inicio de la recuperación democrática. 
Hoy, en estos felices días de 2012, en el marco del Dia Internacional de los Derechos Humanos, del 29 aniversario del regreso a la democracia y en pleno desarrollo del proyecto nacional y popular que encabeza nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner, recordamos El Lanusazo renovando nuestro compromiso militante, estimulados por la presencia de miles y miles de jóvenes que, en estos tiempos de enorme esperanza en el futuro de la patria, levantan las banderas de la libertad, de la inclusión, de la ampliación de derechos, de la unidad y organización del campo popular, reivindicando la enorme figura de Néstor Kirchner y ratificando las tres banderas de Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica.