Es que había sido una sesión muy dura, con Salvador Baratta bramando contra el oficialismo que le había hecho un apriete mafioso por TV (ver aparte). Con Hector Montero pidiendo primero a tres muchachos para que lo cuiden de la bronca de Baratta y luego haciendo como que se refrescaba sus genitales con agua cuando María La Rosa le pedía "más respeto" a los gritos, en el recinto. Con Di Masi explicando que él votaba el impuestazo para resguardar a los "50 empleados que tengo en el municipio". Y con un presidente del cuerpo, Hector Bonfiglio que se cree que está al frente de una división del secundario y no de un cuerpo legislativo.
sábado, 1 de diciembre de 2012
¿Celebraban el impuestazo?
Un tanto inexplicable resultó a la vista de dos fuentes consultadas por este medio, la mesa de almuerzo tardío, "en clima festivo" que juntó al cabo de la sesión del impuestazo, ayer, en el restaurante del club Lanús, a los ediles juandominguistas Carlos Torlaschi y Heriberto Deibe -que habían votado contra el aumento de tasas- con los concejales Martín Sosa, Carlos Barbagallo, Gabriel Di Masi y Griselda Regueira, célebres por votar todo lo que ordena el ejecutivo a cambio de sus intereses personales o de grupo.