martes, 6 de noviembre de 2012

Las contradicciones del poder


por Marta Santos
El intendente realizó una segunda convocatoria a las fuerzas con representación política en el HCD para tratar temas relativos a la seguridad. La cita, al igual que en la primera reunión, era en el centro de monitoreo municipal. El argumento era similar al anterior.
A esa primera cita, el 13 de setiembre pasado, concurrieron casi todos los invitados: sólo faltaron los ediles del GEN y del 17 de Octubre. Y los que concurrieron lo hicieron -según sus propias manifestaciones- esperando colaborar para la confección de un plan de protección ciudadana integral. En consecuencia el intendente se comprometió a una audiencia con el gobernador para hacer reclamos que tuviesen la fuerza del arco político local. No cumplió y todos lo tomaron en cuenta. 
  Entre el miércoles y el jueves pasados los invitados fueron respondiendo a las requisitorias periodísticas expresando su voluntad de no concurrir y el viernes a la mañana se completó la grilla: nadie concurriría a la cita del intendente. Sobre el mediodía del día de la sesión, trascendió que “el intendente levantó la reunión de la tarde”. Canceló una reunión a la que nadie de la oposición iba a asistir.
La idea expresada por el ejecutivo sería mmás o menos así: La cita obedecía a la intención de “continuar” trabajando por la seguridad pero desde que los vecinos a través de sus marchas
pusieron la exigencia sobre las mesas de los despachos de los funcionarios, el intendente no ha tomado ninguna medida visible a favor de los vecinos.
En el HCD las cosas no marchan mejor. La Comisión de Seguridad permanente dispuesta por el cuerpo deliberativo dejó de ser permanente, muchos perdieron el interés por asistir y hacerla ampliada y ya ni siquiera se consigue el quorum que debe dar el oficialismo. Ya son tres las reuniones en que el quorum no se logra. Los oficialistas que llegan lo hacen fuera de horario -cuando pasó el tiempo de la convocatoria- o asisten unos minutos y se van o directamente ni asisten. Y el interés de quienes no componen la comisión fue decayendo porque tienen voz pero no voto, por lo cual, la mayoría de cuatro oficialistas contra tres que no lo son, siempre decide el resultado.
Esto demuestra el verdadero interés del ejecutivo en llevar adelante un proyecto serio de protección ciudadana y aquí la contradicción del poder: el intendente llama a la reunión multipartidaria pero no ordena a sus concejales que trabajen en consenso ni envía como corresponde los informes que se le solicita para efectuar esa tarea. 
En el concejo los tiempos de gestión son utilizados por muchos para la “rosca política” y las internas del oficialismo parecen más importantes que el bienestar de los vecinos. Y cuando se logra, por fin, que algún proyecto beneficioso se apruebe, al llegar al municipio se transforma en letra muerta: el ejecutivo no ejecuta nada fuera de su propio interés partidario, aunque haya permitido que el documento se apruebe, quizás, para acallar algunas voces o para hacer el intercambio para algo que realmente quiere que se apruebe.
Seamos claros: esto siempre ha sucedido, no es privativo de esta administración. Pero pareciera que se ha agudizado en este período. Hay un ejemplo y es el del informe que el secretario Mariano Amore ha respondido y que aún no sale de la comisión -que no logra el quorum- y no recibe el tratamiento en el recinto. Y a partir de los datos que faltan en ese informe, al que algunos concejales califican como “una declaración política, no un informe”,  la comisión podría comenzar a trabajar en la seguridad. Otros pedidos de informes reciben evasivas, respuestas generales o sin precisiones. Ninguno de los contestados ha servido de nada. Y la oposición tampoco se muestra con la fuerza que debería darles el unirse detrás de algunos objetivos porque cada uno responde a sus propios intereses partidarios y es difícil que concuerden todos, aún en los temas importantes para la sociedad. 
Con la foto que no se dio es de esperar que el poder reflexione.