lunes, 26 de noviembre de 2012

Encuentro con el diablo


por Marcelo Calvente

marcelocalvente@gmail.com

Si alguno de los tres pelotazos que explotaron en el pecho del arquero Silva, o si ya en tiempo de descuento, en ese cabezazo modelo de Goltz el césped hubiera acompañado con un rebote más acorde al destino de gol que tenía el envío, Lanús le habría ganado a Estudiantes con absoluta justicia y sobrados merecimientos. Entonces promediaba el complemento en la Fortaleza, y mientras Silva salvaba su valla milagrosamente en tres ocasiones, en Floresta dos pelotas rebotaban en el horizontal de Sosa y el dominador era el Albo. Si alguna de ellas hubiera entrado, Vélez, que en el complemento volvió a mostrar dudas y desconcierto, habría caído ante All Boys. Si esas dos circunstancias simultáneas más que posibles hubiesen ocurrido, hoy el puntero absoluto sería Lanús con 35 puntos, seguido por Vélez con 32, con Boca, Newell’s, Belgrano y Racing prácticamente fuera de carrera, y todo lo que pudiere suceder en las dos fechas finales dependería de Lanús, que siempre que pudo volvió a desplegar sobre el terreno su muy buen juego, y que después de un primer tiempo con mucha marca y demasiado roce impuso el dominio en el complemento, en el que fue muy superior y mucho más profundo. De haber esto sucedido, el pronóstico del cierre hubiera estado cantado y a tono con las tendencias y los últimos rendimientos de los candidatos. De así haber ocurrido, Lanús pagaba dos pesos con cincuenta.
Pero ocurrió al revés. Lanús estuvo ante un Pincha que salió a salvar el año y tal vez también las futuras vacaciones, que metió y corrió con esmero y sin retroceder mientras tuvo aliento. Ese aliento se le acabó a los 15’ del complemento, y de allí hasta el final Lanús lo acorraló jugando con paciencia y precisión, cambiando el ritmo en algunas apariciones de Pereyra o Pizarro, con Fritzler como dueño de la pelea por la tenencia del balón y Ayala como distribuidor destacado, la defensa el muro infranqueable que viene siendo desde hace varias fechas, y la valla menos vencida con apenas 9 goles en contra, apenas 3 desde la 10ª fecha,
cuando el granate inició la seguidilla de 7 triunfos venciendo a Unión, impactante racha que concluyó con el empate en cero final.
En tanto en Floresta, también en un partido luchado, Vélez, que había sido levemente superior hasta el final de la etapa inicial, desde el inicio del complemento perdía la brújula y el local pasaba a dominar y a generar las tres ocasiones más claras del partido, el travesaño dos veces y el golero Sosa en la otra le impidieron concretarlas. El tiempo de All Boys pasó, y a 4 minutos del final, Vélez encontró claridad para armar una jugada de ataque y Pratto abrió el marcador cuando su equipo menos lo merecía, y en tiempo de descuento Ferreyra metió el segundo. La fortuna que acompañó la victoria del equipo de Gareca no estuvo esta vez en Lanús en favor del de Guillermo, que tuvo que conformase con un empate en cero cuando debió ganar holgadamente, sobre todo por lo hecho en esa segunda mitad. Si a esta hora ya no es el principal candidato al título es porque el Diablo estuvo en el cuerpo del arquero Silva, el mismo Diablo que apuntaló al arco de Vélez cuando All Boys lo cascoteaba. Si bien en la Fortaleza se vivió como un golpe a la ilusión de campeón, el equipo se fue del campo ovacionado, después de haber demostrado que hoy por hoy es el mejor conjunto argentino. Pese a que muchos futboleros suelen negar su incidencia, fue la suerte la que jugó determinantemente para que hoy estén así las cosas.
Para colmo de males, Boca, que parece empezar a transitar un buen momento, venció a Racing con contundencia y quedó a un paso de la Copa (63 puntos), cuatro más que Lanús (59) cuando quedan seis por disputarse y en el medio está Newell’s (62) Dos de estos tres clasifican, y Lanús es también aquí el único que no depende de si mismo. Como todos sus competidores, resignó puntos en condición de local, pero no habiendo perdido el rumbo futbolístico como en su momento lo perdieron Newell’s, Racing, Boca, Belgrano, Vélez y hoy otra vez Racing, cuando tuvieron que asumir la responsabilidad de saltar a la punta. Lanús no pudo con Estudiantes pero lo superó claramente, respondiendo con dientes apretados a la propuesta combativa del Pincha en la etapa inicial, desbordándolo y generándole cinco situaciones claras de gol en la segunda mitad, en la que lo superó física y futbolísticamente de manera indiscutible. Tras el empate ante el Pincha, los dos logros posibles que parecían al alcance de la mano de Lanús -el título y la clasificación a la Libertadores- se distanciaron, pero eso no significa que el equipo no estuvo a la altura de la situación: Jugó como puntero con ambición de campeón, nunca admitió el empate como un resultado aceptable, y se retiró ovacionado por sus gente como en las grandes victorias, pese a la innegable decepción de los miles de adictos que de pie aplaudían su esfuerzo y su buena actuación. 
Fueron treinta mil granates que dieron el marco habitual de las grandes jornadas, que pese al resultado despidieron a sus hinchas con aplausos. No pudieron festejar la esperada y merecida victoria, pero reconocieron un trabajo extraordinario del cuerpo técnico, el crecimiento de Pereyra y Romero, la llegada de valores determinantes como Vizcarrondo y Ayala –los dos grandes figuras del partido- la superación de Araujo, Goltz, Velázquez, Marchesín y Valeri, y el brillo de Frítzler, Pizarro y Regueiro como figuras estelares, un plantel acorde al extraordinario presente del club cuyos colores defiende, un equipo que tiene todo para seguir creciendo aunque la mala suerte hoy le impida alcanzar alguno de los dos objetivos, logros que diez fechas atrás era sueños imposibles.