por Omar Dalponte*
nuevospropositos@hotmail.comAlgunos han elegido dramatizar las cosas, especialmente las actividades políticas, como un recurso que les permita obtener un poco de presencia y soñar con alcanzar una pizca de notoriedad. Tal vez crean que mediante esa dramatización, la amplificación de hechos negativos menores y la desfiguración de la realidad podrán conmover a la sociedad e influir en la marcha de los acontecimientos reales. Ahora, los sectores opositores, desde los más encarnizados hasta los que opinan con cierta prudencia, están esperanzados en que la jornada adversa al gobierno kirchnerista, programada para el día 8 de noviembre, cambie la historia en la Argentina. Con profundo respeto hacia los deseos de los demás y aceptando que cada quien se exprese como más le gusta, creemos que ese día no pasará de ser nada más que un momento de batifondo al aire libre. Decimos esto pensando y anhelando que esta protesta, largamente preparada, transcurra en paz y que a nadie se le ocurra provocar ninguna locura que exceda el marco dentro del cual, civilizadamente, debe producirse cualquier manifestación callejera. Desgraciadamente, algunos personajes que han sido detectados como los organizadores de la marcha del próximo miércoles no son una garantía para la
tranquilidad pública pero, a pesar de ello, esperamos que no ocurra nada que lamentar. Nos preocupa -según informaciones provenientes de fuentes inobjetables- que se haya convocado con fines de “seguridad” a personajes de la Prefectura y de la Gendarmería que tuvieron que ver con el amotinamiento de un sector de ambas fuerzas ocurrido poco tiempo atrás. Sabemos de sobra que ciertos elementos, mezclados en este tipo de manifestaciones, no son un buen condimento para la tranquilidad ciudadana. Casi en vísperas del desfile cacerolero no deja de llamar la atención la reunión “ultrasecreta” que mantuvieron en el Hotel Palacio Duhau, en Recoleta y con autos estacionados con custodia, Francisco De Narváez, el editor del diario Clarín Ricardo Kirschbaum y el director de Relaciones Externas del grupo monopólico, Jorge Rendo. Ciertos hechos son más elocuentes que miles de palabras. Estas primeras espadas de la oposición ¿se habrán privado de echar un parrafito respecto a la posibilidad de incrementar la escalada destituyente que algunas puntas de lanza vienen fogonenado desde hace tiempo?....
Pero, a pesar de estas conjeturas, más allá de las exaltadas voluntades antikirchneristas que desean fervientemente la caída de la presidenta de la Nación y que por estas horas están preparando sus cacerolitas, nadie con un mínimo de inteligencia puede pensar que la perfumada concentración que se realizará en breve - seguramente numerosa- estará en condiciones de lograr algo más que un desfile bochinchero. Aunque esta vez se incorpore una porción de humanidades transpiradas será infinitamente insignificante frente a los millones de seres que en forma activa o pasivamente respaldan el proceso de transformación altamente positivo que sigue su marcha en nuestro país. Esto último, el apoyo al modelo kirchnerista, es imprescindible para garantizar la profundización del proyecto nacional y el rumbo hacia el futuro que merecemos.
El día después del 8 de noviembre, cuando cada quien continúe ocupado con los problemas de su mundo propio, pequeño, complejo y real, Cristina, como siempre, estará en la Casa de Gobierno. También, por estos lados sureños, el principal despacho de la municipalidad de Lanús continuará ocupado por el actual intendente. La vida seguirá su curso y por delante permanecerá abierto el camino que por tres años transitaremos hasta las próximas elecciones generales del año 2015 con parada electoral previa en el 2013.
Mientras tanto, en medio de los dardos que se disparan sin solución de continuidad contra el gobierno, la muchachada oficialista sanciona leyes importantísimas como la que permite, de aquí en más, votar a los pibes menores de 18 y mayores de 16 años. Independientemente del enorme progreso que esto significa en cuanto a la ampliación de derechos, ha quedado resaltado el triste papel que significó la huida como ratas de los politiqueros opositores que no se bancaron la derrota estrepitosa sufrida en la Cámara de Diputados de la Nación.
Al margen de que hayan sido o no santos de nuestra devoción, uno tiene la seguridad de que el legendario Alfredo Palacios, Raúl Alfonsín, Alfredo Bravo o cualquiera de los notables parlamentarios que, más cerca o más lejos en el tiempo, pasaron por el Congreso, antes que abandonar el recinto habrían enfrentado el debate sin renunciar al cumplimiento de sus responsabilidades. Pretender negarle a la juventud el derecho a pronunciarse a través del voto, y escaparse del modo que lo hicieron, dejará una marca a cada uno de esos diputados que las nuevas generaciones no olvidarán ni perdonarán fácilmente.
Lamentablemente, otra muestra de ineptitud la ha dado el gobierno de la Provincia de Santa Fe -que se dice socialista- frente a la probable vinculación de policías de alta graduación con el narcotráfico. Nuestros lectores recordarán que en varias oportunidades hemos escrito palabras favorables a Hermes Binner y reconocíamos en Antonio Bonfatti, actual gobernador de aquella provincia, a un hombre que, a pesar de sus diferencias con el gobierno nacional, mantenía una buena imagen en el mundo de la política. Ahora, desgraciadamente, estos dirigentes y varios otros del Partido Socialista no sólo han demostrado una total incapacidad para manejar el tema del narcotráfico en Santa Fe sino, también, han tratado de justificar lo injustificable y en sintonía con la vieja costumbre del macrismo hechan culpas al gobierno de Cristina Kirchner en lugar de reconocer su propia incompetencia y asumir sus obligaciones como gobernantes. La dirigencia actual de ese sector del socialismo, que no sabe resolver problemas en función de gobierno y que niega derechos a la juventud argentina en el parlamento, tiene poco que ver con aquel recordado dirigente santafecino, Guillermo Estevez Boero, fundador del Partido Socialista Popular, a quien conocimos y respetamos profundamente. Pero bueno...así funcionan ciertas cosas.
(*) Dirigente de Iniciativa Socialista