La otra información faltante refiere a las misiones y funciones de la
secretaría, que no están definidas, pues los “objetivos” que marca el secretario Amore tiene generalidades y expresiones de deseos. No hay nada concreto respecto a su labor de prevención y protección de los vecinos ni a la forma en que se llevan a cabo. ¿En qué consiste concretamente la colaboración con los estados nacional y provincial y las fuerzas entrenadas? ¿Poner cámaras y monitorearlas? ¿Mandar a la patrulla municipal a recorrer las calles o a que se muestre en la plaza Belgrano? ¿Tapar los innumerables baches e iluminar bien todo el distrito? ¿Pagar el combustible de los móviles policiales? ¿A qué refiere cuando dice: “promoción y las garantías de las libertades públicas”? ¿Al derecho del vecino a circular sin que le quiten su vida? ¿Qué significa “poniendo especial énfasis en la protección de aquellos sectores socialmente más vulnerables”? ¿No son todos los vecinos igualmente vulnerables frente al delito, que no respeta edad, sexo ni circunstancias?
Y aún no sabemos cuántas cámaras hay en el municipio. Al respecto todo es futurología: que se van a contratar, que abrirán una licitación, que se están estudiando nuevas tecnologías a aplicar… pero ¿cuántas hay? Aún no se sabe, este documento no lo dice: el dato es uno de los secretos mejor guardados. Explica que la secretaría no está preparada, ni operativa ni logísticamente, para brindar protección a los ciudadanos, lo cual es un reconocimiento de lo que hasta ahora no quería ser reconocido.
También alega que su presupuesto será insuficiente frente a los gastos en tecnología y aumento de personal que se viene. ¿Esto significará más dinero para la secretaría restando a otras áreas del municipio o un aumento de la tasa el año que viene? Cuando llegue al HCD el presupuesto para el ejercicio 2013 se sabrá: habrá que esperar un par de meses.
El informe es, cuanto menos, ambiguo e insuficiente. No es que Amore no sepa lo que le están requiriendo desde el HCD porque los primeros pedidos de informes también los firmó él cuando ocupaba su cargo de concejal y era suspicaz con los gastos del Ejecutivo. Ahora, del otro lado de la calle, no puede satisfacer los requerimientos que hizo en su momento a otro funcionario. Para que quede claro: el informe debe ser el resumen de lo hecho más el resultado de lo que se logró por lo ejecutado -en el semestre-, con un detalle de lo gastado. No puede ser una declaración política de principios, garantías y derechos.
La cuestión es saber si este informe le bastará a los ediles para que realicen su labor: aquélla para la que fueron elegidos.
