por Alejandro Chitrangulo
El estudio “Fast Food y obesidad: una alternativa equivalente”, es una iniciativa de la Fundación Daat, especializada en el tratamiento de la obesidad y la diabetes, y se realizó en base al análisis del menú típico más consumido por los adolescentes en los tres sitios de comidas rápidas de origen estadounidense más populares.Se eligió un menú compuesto por una hamburguesa, papas fritas y gaseosas de tamaño grande, al que se sumaron dos aderezos, comida que se comparó con los requerimientos y recomendaciones diarias nutricionales para
chicos de 11 a 18 años.
Aumento del consumo de sal
De acuerdo al informe, los adolescentes consumen un 103,5% de sal con este solo menú “cubriendo lo que se recomienda de sodio para un día entero”, explicó la médica nutricionista Viviana Baranchuk, directora de la Fundación y de la investigación.
Aumento del consumo de grasas
En cuanto a la ingesta de grasas, un chico consume “más de la mitad de las grasas que debiera consumir en el día, un 60,2%” de las cuales un 24,1% son saturadas “es decir, las que más se relacionan a eventos cardiovasculares y favorecedoras al desarrollo de depósito de colesterol en las arterias”.
Aumento de valor calórico diario
El menú analizado aporta un 45,9% de calorías “cuando en realidad una comida debiera aportar un promedio de 25 a 30% del requerimiento energético diario”.
La indagación también plantea equivalencias que determinan que un menú “fast food” (denominación en inglés para comidas rápidas) diario es igual a 2,5 comidas, lo que implica que en un mes consuman 18 comidas de más, y en un año, 216 extras.
Siguiendo esta lógica, en un año, son “68.832 las calorías de más; 129.600 los miligramos de sodio extras, que es lo mismo que 324 gramos de sal de mesa, y 2,5 kilos de grasa en exceso”.
”Nuestro objetivo es impulsar un cambio nutricional, reducir las complicaciones cardiovasculares como infarto de miocardio, diabetes 2, obesidad, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, trastornos renales y otras dolencias, para generar a largo plazo una población con mejor calidad de vida”, enfatizó la médica.
Comparacion con comidas “sanas”
El menú rápido se comparó con dos comidas y medias sanas que incluyen un churrasco de 250 gramos, una ensalada mediana de tomate y zanahoria, otra de lechuga, repollo y remolacha aderezadas con dos cucharadas de aceite, un pan o dos rodajas de pan lactal, una manzana, una naranja, dos fetas de queso y un vaso de leche descremada.
”Estos alimentos naturales aportan menor cantidad de sodio, nutrientes de mayor calidad, fibras, y muestran una sustancial reducción de grasas saturadas y mayor cantidad de ácidos grasos esenciales”, señala el estudio.
La investigación también indaga en los costos anuales en salud que implica el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en un adolescente.
”Nuestro deseo es incentivar y promover mejores hábitos alimenticios, para que, a largo plazo, nos encontremos con individuos más sanos, con menores costos de salud, con disminución de la discapacidad laboral y un aumento en la expectativa de vida”, aseguró la especialista.