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jueves, 20 de septiembre de 2012

Inseguridad: Una mirada crítica y progresista


por Gonzalo Ledesma *

gonzo.lds@outlook.com   / @gonzoledesma

 “El miedo es la materia prima de las prósperas industrias de la seguridad privada y del    

 control social. Una demanda firme sostiene el negocio. La demanda crece tanto o más 
 que los delitos que la generan, y los expertos aseguran que así seguirá siendo. Florece el  
 mercado de las policías privadas y las cárceles privadas, mientras todos, quien más, quien 
 menos, nos vamos volviendo vigilantes del prójimo y prisioneros del miedo.”
                                               (“Ventana sobre el miedo” - Eduardo Galeano)
Es un gran desafío para nosotros el diseñar y  planificar un modelo de seguridad ciudadana de carácter integral. ¿Por qué integral? Es nuestra meta la búsqueda de un equilibrio entre el
derecho a la seguridad y el derecho a la libertad de todos los ciudadanos, entendiendo e interpretando de modo crítico las causas sociales que generan la delincuencia y la inseguridad. Es decir, no hay política de seguridad eficaz si no se aborda la problemática de modo integral, erradicando la pobreza, la discriminación y la exclusión social.
Latinoamérica se ha convertido en una de las zonas con importantes índices de criminalidad y violencia. Durante la década del 80 las tasas de criminalidad en América Latina se duplicó en relación a los años 70 mientras que durante los 90 estas se triplicaron y hasta el día de hoy, las estadísticas no se han reducido de modo significativo. A esto debemos sumarle las inocultables falencias del poder judicial, las fuerzas de seguridad y las distintas carteras gubernamentales.
La sumatoria de todos estos elementos hace que se genere un clima de inseguridad constante y una pronta y simplista respuesta a la problemática. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de “clima de inseguridad”?  No estamos negando la inseguridad de hecho, sino que ante la desesperación por el aumento de esta, condicionada por los medios masivos de comunicación y un determinado sector del arco político, se cae en medidas arbitrarias y demagógicas que no resisten un análisis serio dado los argumentos vagos e imprecisos que esgrimen los defensores de “la mano dura”.
Buscar la solución de la problemática de la inseguridad en la respuesta punitiva del estado no es más que una medida facilista. Está demostrado que las políticas represivas no son la solución a la problemática de la inseguridad.  El sistemático discurso de la represión, de mayor  presencia policial y de la legitimación de la violencia son panaceas que  obvian la violencia estructural y social que nuestro pueblo sufre todos los días, proponen políticas que provocan la segregación social, la superpoblación penitenciaria y la creciente criminalización de la pobreza y de la protesta social.  
¿A qué nos referimos cuando hablamos de una mirada crítica y progresista sobre la  problemática de la inseguridad? Estamos hablando de la seguridad del derecho y del derecho de la seguridad, categorías que no las podemos entender por separado. “Seguridad del derecho” en tanto a que no debe haber ningún derecho básico vulnerado y “derecho a la seguridad” haciendo énfasis en el diseño y desarrollo de políticas de prevención y control de aquellos factores que hacen a la violencia y a la inseguridad.
Una mirada integral sobre la problemática de la inseguridad es sinónimo de actuar consecuentemente y con la voluntad política de mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos y de enfrentar enérgicamente a la de negociados que la propia inseguridad genera.
Es necesario tomar la decisión política de desmantelar todos aquellos negocios que hacen al crimen organizado,  al mercado negro y millonario del tráfico de armas, drogas y trata de personas como así también erradicar la corrupción política, judicial y policial.
Al mismo tiempo es necesaria y de suma importancia la participación ciudadana, a través de la intervención de los vecinos y vecinas  en los foros de seguridad como así también el generar  un ente de control de la unidad de monitoreo comunal de la cual formen parte distintos actores de la sociedad civil. 
Del mismo modo, nos resulta imprescindible hacer una mirada crítica sobre la ciudad  y los barrios, y como se transitan estas de modo cotidiano. Es decir, para “hacer” ciudades más seguras hay que diversificar el uso del suelo urbano. En los últimos 20 años se ha pronunciado significativamente la segregación y la marginalidad en las ciudades, generándose  la dicotomía público/privado sobre el espacio público. Por eso proponemos repensar la ciudad y nuestros barrios ya que son los vecinos las personas que viven, se desplazan, trabajan  en la comunidad y saben de los problemas y necesidades específicas de su entorno cotidiano.
Así mismo y con una fuerte impronta basada en los derechos humanos creemos más que necesaria una mayor inversión en educación, derecho básico de todas las personas, como una firme política de estado, con el fin de generar conciencia crítica y valores solidarios.
 Así también bregamos por la democratización de las fuerzas de seguridad y del servicio penitenciario. Es necesario desterrar las nefastas prácticas de tortura y trato inhumano que son moneda corriente en las comisarías y penitenciarías  y  diseñar políticas de descentralización, profesionalización y formación permanente del personal de seguridad. No debemos permitir que la policía actúe como el gran “verdugo de la juventud” ni que la justicia mire para otro lado ya que esto es muestra de la constante la violación de nuestra Constitución Nacional y de los tratados internacionales a los que nuestro país adhirió.
No hay soluciones mágicas para solucionar la inseguridad por eso nos resulta evidente el  trabajar de modo integral  y desde una perspectiva transdisciplinar sobre esta problemática con el firme compromiso de generar herramientas de cohesión e inclusión social basadas en los derechos humanos y en la participación comunitaria, convirtiendo a los ciudadanos en los principales protagonistas del diseño y prácticas de diferentes  políticas a partir de los lazos solidarios ya que la seguridad se construye de modo colectivo.
 (*) Miembro de Libres del Sur Lanús